"Confío en que esta semana empecemos a ver salir rechazos de Nostián". La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, se mostró ayer optimista con que la concesionaria del tratamiento de residuos, Albada, cumpla el requerimiento que ayer envió el Concello para que retire las entre 10.000 y 12.000 toneladas que se acumulan en la planta de Nostián. Se trata del tercer aviso que envía el departamento municipal a la compañía y este último trae una advertencia aparejada: si la empresa no saca la basura de la instalación será el Ayuntamiento el que lo haga de manera "forzosa". Y es que, dijo ayer Fontán ante los medios, "la situación es crítica" ya que supone, añadió, un "grave peligro" tanto para los trabajadores como para la calidad ambiental de la ciudad.

El Concello ofrece tres días a Albada para que comience a ejecutar la orden. Y le obliga, además, a seguir un plan que contempla sacar de la planta entre 135 y 150 toneladas al día, lo que supondría un máximo de 26 camiones, en horario diurno y de lunes a viernes. Siendo así, la concejala calcula que en cuatro meses finalizaría la retirada. Contemplando que la empresa no cumpla el requerimiento, la concejalía ya ha pedido tres presupuestos para realizar los trabajos, cuyo coste sería repercutido a la concesionaria por "incumplimiento de las obligaciones" del contrato. Lo que no considera la edil es multar, a mayores, a la empresa, aunque rememoró que sigue abierto el expediente sancionador de la Consellería de Medio Ambiente, que aún no tiene propuesta de sanción pero que podría llegar a los 200.000 euros.

La preocupación por el "enorme acopio" de basura que se realiza en viales y otros espacios al aire libre en la planta de Nostián es constante desde la toma de posesión del nuevo Gobierno local, explicó Fontán, pero se vio acrecentado con el último informe de los técnicos del departamento municipal. El documento detalla que son cinco los problemas que presenta la situación actualmente: la presencia de larvas, los protocolos de trabajo dentro de la instalación, el riesgo de incendios, que la basura vaya a parar a la red de saneamiento y la aparición de roedores u otros animales que deriven en una plaga.

La edil resaltó el "grave riesgo" para los trabajadores ya que caminar por la zona ya "reviste un problema" y los posibles incidentes que pueden surgir por la basura apilada. "Es prácticamente imposible deambular", destacó. Los representantes de la plantilla ya pedían hace escasos días un "acuerdo urgente"y alertaban de que los días calurosos vividos la semana pasada provocaban que salieran de la planta olores muy fuertes. Pero, al margen de la plantilla, Fontán mostraba su inquietud por la "calidad medioambiental" y la "salubridad" de la propia ciudad. Y es que los técnicos, en su última inspección, constataron que las condiciones son "muy malas".

Dentro de las exigencias del requerimiento a Albada, Medio Ambiente pide que, una vez iniciada la retirada de basura, se remita un informe de cada salida de la planta y de la basura que corresponde a la ciudad y al Consorcio das Mariñas, es decir, a municipios de la comarca. La concejala recordó que la prohibición por parte de la Xunta para que los rechazos fueran, como habitualmente, a la planta de Grixoa, en Santiago, solo afectaba a los residuos coruñeses y no a los del área metropolitana. Esta decisión autonómica fue dictada el pasado mes de abril y, desde entonces, se acumula la basura en Nostián.

La responsable municipal afirmó ayer que en las pasadas semanas ha habido "mutuo apoyo" entre su concejalía y la concesionaria y que las conversaciones siempre han sido "fluidas y cordiales" pero, razonó que, aunque no se han "roto negociaciones", la situación se ha vuelto "insostenible". Según Fontán, la falta de acuerdo entre un gestor privado que acepte la basura y la empresa es solo "una cuestión económica". La edil acepta que la compañía busca "beneficios" pero, puntualiza, "nosotros no pensamos en eso". La concejala defiende que, además de la "importancia" del precio por tonelada que deberá asumir la concesionaria „mientras que la diferencia con el precio estipulado en el contrato, el Concello„, también hay que buscar "garantías" de cómo se realizará el transporte y también de continuidad. Recordó que día a día seguirán llegando residuos a la planta y que la solución debe mantenerse a largo plazo. De entre las propuestas estudiadas, la concejala reprochó que la de Sogama, la planta propiedad de la Xunta, era la que "más se alejaba" de convenir económicamente.