Tras la ampliación de la pista de Alvedro, el aeropuerto no se ha beneficiado de inversiones de gran calado. Una de las últimas programadas con mayor presupuesto fue el acondicionamiento de la raqueta intermedia, una zona semicircular anexa la pista antes de llegar a la cabecera 03, para usarla como zona de viraje por parte de los aviones que entran por la cabecera 21. Los trabajos, con medio millón de euros de presupuesto, no se llegaron a terminar y están parados por discrepancias con la empresa, que renunció a la actuación. AENA ha tenido que sacar a concurso un contrato transitorio para adecuar la zona mientras se soluciona el problema. La raqueta tiene que adecuarse a la normativa europea que define el diseño que tienen que tener los aeropuertos en 2020.

El conflicto entre el ente público y la empresa Elecnor ya se desarrolla en el ruedo judicial, según fuentes aeroportuarias, al tiempo que AENA pone en marcha una solución provisional. La obra era necesaria porque la raqueta de giro no se había modificado después de la última ampliación de la pista. Los pilotos que toman tierra en Alvedro usan como referencia para dar los giros hacia la terminal las raquetas de ambas cabeceras de la pista, un medio círculo pintado y con indicadores viales. Cuando se incrementó la superficie para el aterrizaje y el despegue de la cabecera sur de Alvedro, la más próxima al monte Xalo, quedaron señalizadas en el asfalto dos raquetas de giro, la nueva con mayores dimensiones y la que ya existía, que conservó las distancias originales y que AENA preveía aumentar para facilitar las maniobras.

El contrato se formalizó el pasado abril y los trabajos comenzaron, con la previsión de renovar la rodadura e instalar las señales luminosas y balizas necesarias para guiar a los aviones. Se levantó el pavimento existente, se rellenó y surgió el conflicto, en torno a la calidad del material necesario para la zona. Para la empresa, las exigencias de AENA no se adecuaban al proyecto del concurso que ganó y requerían un sobrecoste. La empresa reclama lo ya invertido.

El contrato que ahora pretende firmar AENA consistirá en terminar las unidades de obra iniciadas, nivelar la zona, pavimentarla para que soporte el peso del avión y balizarla. Esta solución es provisional con el fin de cumplir la normativa y evitar que los aviones sufran algún daño al utilizarla. Según fuentes aeroportuarias, sin embargo, es provisional, ya que además podrá utilizar únicamente en horario diurno.