"Vinieron el otro día a despedirse de mí y me dejaron esta Virgen. Me da mucha pena, nos ayudaban mucho", contaba hace unos días una vecina de la Ciudad Vieja, Pilar Diéguez. La congregación de Religiosas de María Inmaculada abandona la ciudad de A Coruña después de casi un siglo integradas en la vida de esta urbe a través de su labor social de inserción laboral de jóvenes e inmigrantes, la formación académica desde su centro López y Vicuña y su residencia femenina para estudiantes. Su sede coruñesa da a tres calles: Santiago, María Barbeito y Ángeles.

Ahora mismo ya solo había cuatro religiosas en la congregación. Dos han sido destinadas a Santiago y otras al parecer a Ourense. "Yo llevo aquí poco, realmente he venido para cerrar esto. Pero los vecinos nos han transmitido la pena por nuestra marcha. Pero seguimos con nuestra obra social por la puerta de la calle María Barbeito", explicó ayer la madre Elvira. Tras el cierre hace unos años del centro de Lugo, ahora mismo quedan congregaciones de esta orden en Vigo y en Miño (en Bañobre tienen un centro de acogida de menores).

Estas religiosas llevan varias semanas empaquetando. Ayer un equipo de mudanza vació algunos muebles y objetos de la iglesia que tenían en el bajo de la plazuela de los Ángeles, y donde ya hace mucho que ya no se oficiaba. Sin embargo, ya hace tiempo que se preparaba el cierre de esta congregación.

La residencia femenina cerró el año pasado, el curso 2017-2018 fue el último en el que hubo jóvenes en su sede en la calle Santiago. Precisamente ese curso fue el único en el que no se produjo la clásica novatada de los margaritos del Hogar con las residentes, después de que en 2017 fueran expulsados dos alumnos después del violento ataque contra la puerta de la iglesia de las Inmaculadas, que casi rompen a patadas, tras proferir sus acostumbradas frases machistas y misóginas vestidos solo con calzoncillos.

Cambio de titularidad

A las Inmaculadas las llaman las monjas del servicio doméstico. Han colocado a miles de jóvenes, sobre todo en el servicio doméstico. También son a las que llaman para atender a niños o ancianos en familias que lo necesitan. La orden fue fundada en 1876 por Vicenta María López y Vicuña y ése es el nombre de su centro de formación profesional, en el mismo edificio, a un paso de María Pita.

El López y Vicuña, colegio concertado con clases de inglés, ciclo medio de gestión administrativa y ciclo superior de Educación Infantil, ha cambiado de titularidad. El mes pasado la Consellería de Educación publicó que las Inmaculadas habían cedido la titularidad del centro privado al Instituto Secular Hijas de la Natividad de María (la Grande Obra de Atocha), tras una escritura pública notarial firmada el pasado junio. Sin embargo, al menos en este curso, se mantendrá el mismo nombre y la misma ubicación en la calle Santiago.