La empresa Limpoil, que en julio obtuvo de la Autoridad Portuaria una prórroga de seis años para continuar su actividad en la dársena de Oza, pretende desde hace dos años convertir sus instalaciones en una planta de pretratamiento de residuos oleosos de los barcos que recalan en el puerto, intención que se ha encontrado con la oposición de los barrios cercanos y de la mayor parte de la Corporación local. La continuidad del permiso ha puesto en alerta a los vecinos y vuelto a crear inquietud en una fuerza política como el BNG, que en el próximo pleno preguntará al Gobierno local si, tras la prórroga, mantiene el rechazo al plan de Limpoil. Fuentes municipales avanzan que el Ejecutivo se opone "firmemente" a la implantación de una instalación para tratar aceites.

PSOE, Marea y BNG reclamaron a la Xunta en el pleno de diciembre de 2017 que no diese su aprobación al proyecto de la empresa para instalar la planta de pretratamiento de residuos oleosos en Oza, al respaldar una moción de los vecinos de Os Castros; el PP se abstuvo al considerar que debía completarse la tramitación del proyecto, al que la Xunta después le exigió la realización de una Autorización Ambiental Integrada en lugar de la simplificada que había planteado inicialmente.

El BNG quiere saber ahora si los socialistas mantendrán la postura de hace un año y medio, cuando no gobernaban, y, si ese es el caso, qué medidas tomarán. Las mismas fuentes del Concello apuntan que Limpoil carece de permiso urbanístico municipal para llevar a cabo esos planes, según recoge un informe del área de Medio Ambiente sobre el proyecto de la planta de pretratamiento de residuos. Por ello, añaden, cualquier intento de seguir adelante con el proyecto tendría que considerar "otra ubicación".