Desde hace casi 30 años, la asociación Ecos do Sur mantiene viva su lucha por la justicia social promoviendo proyectos que favorecen la inserción de personas pertenecientes a colectivos vulnerables. Raquel Abeledo es una de las integrantes del equipo profesional de la entidad coruñesa, que a día de hoy cuenta con más de 15.000 usuarios y 100 voluntarios. Ambientóloga de profesión, se encuentra al frente de Matria, una iniciativa aprobada por el gobierno local el pasado abril, que promueve la agricultura social y ecológica entre mujeres migrantes.

"Seguridad para ellas, autonomía y ruptura de los roles de género". Así resume Abeledo los pilares fundamentales de Matria, cuyas actividades se desarrollan en un pequeño huerto urbano y ecológico situado en la pajarera del parque de San Diego. "Nuestra idea era generar un espacio de seguridad y encuentro para estas mujeres, y demostrar que nosotras, que solemos estar asociadas al espacio privado, también podemos ocupar un espacio público", explica la ambientóloga.

A través de ese pequeño huerto, el grupo de cinco mujeres que forman parte del proyecto llevan a cabo actividades que fomentan su autonomía, como son el cultivo de plantas y la venta de kokedamas, de mano del equipo profesional encabezado por Abeledo, una psicóloga, una educadora social y una integradora social voluntaria. "Ellas cultivan los propios alimentos y las plantas, las crean y las ven crecer. Además, también llevamos a cabo una idea de negocio, como es la venta de kokedamas. Esto conlleva un proceso personal de micro emprendimiento, con el que ellas ganan en autonomía y ven que son capaces de crear y de compartir, a la vez que encuentran su momento de desconexión", añade Abeledo.

La profesional de Ecos do Sur, en donde se trabaja la línea de la agricultura social y terapéutica desde 2017, asegura que el huerto urbano de San Diego es ahora "un espacio abierto a más mujeres", que permite a las participantes "estar en contacto con la tierra y la naturaleza", "gestionar un ecosistema", y aprender métodos para generar biodiversidad, como "las rotaciones o el sistema de asociaciones de cultivo".

Sin embargo, a Matria todavía le queda mucho camino por delante. "Seguimos como en los inicios, porque esto es un proceso lento y somos muy conscientes de eso. Lo importante es que tenemos un grupo estable de chicas, y que el huerto da muy buenos resultados a nivel personal para ellas", comenta.

Todas estos beneficios para las integrantes del grupo se suman a que la actividad de Matria supone una forma de generar un espacio público de visibilización para el colectivo migrante, lo que favorece a su vez a su integración en la sociedad. "Queremos darnos a conocer, intervenir en el barrio para visibilizar la interculturalidad, establecer relaciones con el espacio e identificarnos con él", explica Abeledo. Para ello, en un futuro próximo la directora del proyecto afirma que, una vez consolidado el grupo, les gustaría llevar a cabo colaboraciones con asociaciones del barrio coruñés.

La crítica de Mónica Martínez

Hace una semana, la edil de Ciudadanos, Mónica Martínez, hizo referencia a la necesidad de tomar medidas en el parque de San Diego. "Sigue en el mismo estado, convertido en un foco de insalubridad sin atisbo alguno de huerta", afirmó la portavoz. Desde Ecos do Sur han aclarado que ellos se encuentran "contentos con la conservación del espacio" y que, tras contactar con Martínez, han concluido que todo ha sido un malentendido por parte de la concejal. "Nos reunimos todas las semanas y yo me hago cargo del mantenimiento del huerto diariamente. Aún así, entendemos que el parque es un punto de encuentro para los jóvenes, y por eso se pueden ver pintadas", concluye Raquel Abeledo.