Voluntarios usuarios de la Casa del Agua mayores de 60 años participarán desde este mes en el proyecto del INEF que evaluará su adaptación muscular y funcional a programas de potencia muscular en su ejercicio físico.

Cuanto mayor se hace uno, más se cansa el cuerpo. ¿Qué pretende mejorar su proyecto?

El proyecto se centra en aspectos relacionados con la mejora de la capacidad muscular, dado que en personas de edad avanzada es el principal factor que limita la funcionalidad. Con esta idea, nos centramos en la idoneidad de trabajar en zonas de alta velocidad, en trabajar la fuerza con gestos rápidos, de manera que beneficie a la autonomía de la persona para realizar tareas cotidianas. Conforme avanza la edad se pierde fuerza y masa muscular, lo que dificulta ciertas tareas, desde subir unas escaleras a levantarse de una silla. La idea, por tanto, es explorar cuál es la estrategia más eficaz para evitar el deterioro de la capacidad de potencia de la persona.

¿Con actividad física, ejercicio físico o deporte?

Nos movemos en el ámbito del ejercicio físico. La actividad física es cualquier movimiento que implique un aumento del consumo energético (caminar, hacer las tareas del hogar...), mientras que el ejercicio físico lleva asociada una idea de sistematización y de patrones de ejecución, con unas dosis y una regularidad. Cada vez constatamos más que existe una relación dosis-respuesta entre el ejercicio y la mejora de la condición física relacionada con la salud del sujeto.

Desde ese enfoque, ¿nuestros mayores están sanos?

El umbral de los 60 años con el que se marca la tercera edad debería establecerse en edades más avanzadas, porque muchas personas de 60 años están en muy buen estado físico. Hemos mejorado mucho en salud, pero se debe involucrar más a las personas mayores en programas de ejercicio físico, incluso integrarlo como una terapia dentro del ámbito sanitario. Porque indicadores como la condición cardiorrespiratoria son un pronosticador de patología tan diferenciador como puede ser el colesterol.

Cuando decimos que una persona mayor se conserva muy bien, ¿se debe solo a que hace ejercicio físico?

El ejercicio es una clave de importancia, pero hay una serie de ejes fundamentales para mantener un estilo de vida sana y llegar con capacidad funcional a edades avanzadas. La alimentación es también importantísima o mantenerse activo psicológicamente para evitar deterioros cognitivos. El ejercicio físico per se, sobre todo el aeróbico, es bueno, pero además interacciona con el resto de elementos beneficiosos.

Cuanto antes tomemos en serio el ejercicio físico, ¿mejor?

Desde luego. Alcanzar un nivel de condición física adecuado a través del ejercicio físico tiene un efecto latente. Personas que ahora no están en buena condición física pero que en otro momento de su vida sí estuvieron tienen niveles menores de riesgo de mortalidad que aquellas personas que no se cuidaron en este aspecto o que tuvieron un nivel bajo de condición física. Alcanzar un buen nivel en un momento temprano de tu vida siempre va a tener un efecto protector.

¿Se corre también el riesgo de que el ejercicio físico se convierta en una adicción?

El ejercicio físico debe de convertirse en un hábito, y un buen sistema de alimentación también. Ello requiere un aprendizaje, por eso es tan importante incidir en edades tempranas. Adquirir ese hábito es un proceso educativo. Lo vemos en los runners, por ejemplo, con muchos que empiezan a partir de los 40 años; mejor tarde que nunca. Lógicamente, en la dosis está el veneno: un exceso de cualquier elemento, por positivo y saludable que sea, puede ser negativo; todo en su justa medida.