El profesor de física y matemáticas del colegio coruñés Santa María del Mar, Moisés López Caeiro, regresa a las aulas tras haber participado este verano en dos programas científicos de renombre: el programa de astrofísica para profesores, llamado Astronomy Adventures in the Canary Islands, y el programa internacional del CERN, en el que 47 docentes de 38 países diferentes pudieron visitar y formarse sobre la física de partículas en las instalaciones suizas.

Sin embargo, estos programas internacionales no son los primeros para el docente coruñés: Caeiro ya estuvo formándose en el CERN en el año 2017, y el año pasado estuvo en el prestigioso Observatorio de detección de ondas gravitacionales de Estados Unidos, más conocido como LIGO, en el estado de Washington. Tras haber ampliado y actualizado sus conocimientos en física de partículas, astrofísica, y ondas gravitacionales, López Caeiro emprende el inicio del nuevo curso con ganas de transmitirles a sus estudiantes todo lo aprendido.

¿Qué destacaría de su visita al CERN este verano?

Este año era un año especial. El LHC, el gran acelerador de partículas, está en parada técnica porque lo están actualizando, y por eso pudimos visitar algunos puntos del acelerador e incluso llegar al corazón de los detectores. Fue una oportunidad muy buena para recibir nuevos conocimientos y aprender nuevas técnicas e información para transmitir a mis alumnos.

¿Está preparado para empezar el curso?

Estoy preparado, pero sigo actualizando los experimentos, los apuntes y la página web con todo lo que he aprendido en estos programas. Me apetece mucho empezar porque, además de intentar transmitirles mi pasión, ellos también me transmiten la suya. La mayoría han escogido la asignatura de física porque les gusta, y por ello siempre me bombardean con preguntas. Les gusta que se las responda, y la clase es un toma y daca muy productivo. Ellos me ayudan a mejorar como profesor, porque siempre quiero responder sus dudas lo mejor posible y, al fin y al cabo, la curiosidad de mis alumnos es lo que me motiva para seguir aprendiendo.

¿Ha cambiado mucho la forma de enseñar física desde su época de estudiante?

Los planes de estudios han cambiado, sí. He leído críticas en los medios sobre la educación de hoy en día, donde se dice que el nivel ha bajado. Yo puedo asegurar que en el temario de física no ha bajado el nivel, para nada. Se han cambiado temas y se han sustituido por otros o se han actualizado, pero bajo mi punto de vista son cambios aceptables y la dificultad sigue siendo la misma.

¿Cuáles son sus métodos para compartir con los alumnos su pasión por la física?

Como todo buen profesor intento estar actualizado, seguir aprendiendo y formándome, y eso ellos lo notan. Les hablo de noticias recientes y novedades sobre lo que estamos estudiando, y renuevo continuamente las actividades, los vídeos y los contenidos y, sobre todo, procuro tener un buen repertorio de experimentos, haciendo más de 50 cada curso en el aula. Es una buena forma de motivarlos, porque así no solo ven la teoría sobre el papel o a través de una simulación, sino que pueden tener frente a sus ojos la experiencia física directa.

¿Diría que las nuevas tecnologías son fundamentales en sus clases?

Las tecnologías son una herramienta más. Puedes dar bien una clase de física con una pizarra, una tiza, y haciendo buenos experimentos. La tecnología ayuda, está claro. Yo les puedo enseñar una simulación en clase que pueden volver a utilizar en su casa, y eso es muy importante para que repasen o exploren más por su cuenta. Por otra parte, tener un recurso online como la página web es muy cómodo, porque todos tienen su propio dispositivo para acceder a ella, incluso en clase, y siempre se concentran en las actividades porque les entretiene y tienen que resolverlas.

¿De dónde proviene su vocación por esta ciencia?

Mi caso es un poco peculiar. Entre los 12 o los 13 años yo ya sabía lo que iba a estudiar, y las motivaciones fueron varias. Cuando tenía esa edad, fue un bombazo un libro y una serie de televisión de divulgación científica titulados Cosmos, de Carl Sagan. Esto coincidió también con algo que me estimuló mucho: la inauguración de la Casa de las Ciencias de A Coruña y del Planetario. Los libros, las revistas de divulgación científica, las series de televisión, la inauguración de esos dos grandes museos en la ciudad...Todo ello fue un detonante formidable, y lo que más me influyó a la hora de decidir que quería dedicarme a la física.

¿Recuerda algún profesor de física que haya motivado su vocación?

Desde luego. Tuve profesores malos, pero también profesores muy buenos que fueron una influencia muy positiva para mí. Recuerdo especialmente a mi profesor de física de COU, lo que hoy sería segundo de bachiller. Es cierto que su influencia no fue decisiva a la hora de escoger mis estudios, porque ya lo había decidido, pero lo que sí que es cierto es que todos recordamos a esos profesores que fueron buenos para nosotros y que nos inspiraron. Al final, se convierten en una referencia y una motivación muy importante para hacerlo cada día mejor en el aula.

¿En qué otros programas le gustaría participar el próximo año?

Tengo en mente un programa en el Perimeter Institute for Theoretical Physics de Waterloo, Canadá. Allí hay un centro de estudios avanzados con un programa muy prestigioso de formación en ciencias para profesores, y además colaboran con el CERN. También le he echado el ojo al programa de verano de la Agencia Espacial Europea, en Leiden, Holanda, pero coincide en fechas con el primero, por lo que si voy al de Canadá no podré asistir.