Los cien días de gracia del gobierno novato acaban mañana. La alcaldesa, Inés Rey, pronosticaba en su investidura el 15 de junio un nuevo tiempo de "diálogo" en María Pita, tras unos acuerdos con Marea y el BNG que apenas se han puesto a prueba. El mandato se despereza lento, un despegue tendido y sin muchos decibelios, con un verano que dio vacaciones a la política coruñesa, y sin grandes novedades, enfrentamientos ni crisis, salvo la de la basura acumulada a cielo abierto en Nostián y los retrasos en el pago de la renta social. La banda izquierda del salón de plenos templa los conflictos, a escasos meses de saber qué fotografía dejarán las autonómicas en O Hórreo. Tras el parón de las elecciones municipales, el nuevo Ejecutivo asumió la negociación de proyectos con otras Administraciones. Por el momento no hay avances en los que dependen del Gobierno central, en funciones y también socialista. Con los resultados de la reunión de la regidora con Alberto Núñez Feijóo, cal y arena.

La nueva etapa en el Concello comenzó con la asignación de concejalías y en algún caso, de macroconcejalías, y con la subida de salarios del gobierno y de la oposición, de entre el 32 y el 42% respecto a los anteriores cuatro años, además del aumento del número de asesores de los grupos municipales al máximo permitido. Se votó por unanimidad. Marea, cuyos apoyos necesita el PSOE para los acuerdos plenarios, afirmó que su voto sería afirmativo pero "crítico" y que la diferencia de su salario anterior con el actual iría a proyectos sociales.

Para el nuevo portavoz municipal, José Manuel Lage Tuñas, la votación fue un "ejemplo claro" de que el PSOE negociará con todos los partidos. Rey percibirá al año en bruto 69.218 euros, casi 30.000 más de los que percibía Xulio Ferreiro. Después de los primeros cien días de gobierno, la web municipal aún no recoge las declaraciones de bienes de los concejales de la Corporación y ha desaparecido del portal de transparencia la agenda de la regidora.

Sin margen para poner en marcha iniciativas propias o cambios de calado, el Gobierno del PSOE ha continuado con proyectos heredados del Gobierno de Marea y que, entiende, encajan con sus políticas. Desde humanización de calles o mejoras de parques infantiles -obras en las que incluso fueron a sacarse fotografías- a la tramitación de proyectos más complejos como el derribo del viaducto de la ronda de Nelle o el polideportivo de O Castrillón. Al tiempo, ha anunciado medidas como la implantación del carril bus o la futura peatonalización de los Cantones. El plan de movilidad que le dará forma tendrá que estar listo, según sus promesas, en el primer año de legislatura. La gestión de los 15 millones de euros de fondos europeos concedidos e iniciados en el mandato pasado comienza a asomar la cabeza, puesto que además tienen plazo de ejecución.

A lo único que puso fecha de 100 días el PSOE en campaña fue a la elaboración de sus líneas estratégicas de erradicación del chabolismo, que todavía no han sido presentadas. En minoría en el Pleno, garantizó una negociación temprana de los presupuestos y de las ordenanzas fiscales. La regidora lo marcó en el calendario, el 2 de septiembre. Ahora prevé comenzar a sentarse con los grupos a finales de este mes, para lo que ha pisado el acelerador.

Los enfrentamientos con Marea y BNG, potenciales aliados en esta cuestión, no han subido de tono. Marea Atlántica sí reprochó los retrasos en la renta social, como los socialistas achacaron a Marea los retrasos en las becas comedor. Otro toque de atención llegó con la gestión de las bibliotecas, cuyo intento de municipalización del Gobierno anterior en los estertores del mandato no alcanzó el consenso necesario. El nuevo Ejecutivo anunció la licitación de un contrato. El BNG le recordó que en su pacto de gobernabilidad está la búsqueda de la fórmula necesaria para que todos estos centros tengan "gestión directa".

Un asunto que se anunció como prioritario y cuya puesta en marcha está pendiente es el plan de choque de limpieza. El PSOE asegura que está perfilado y ya en trámites para su contratación.

Buena parte del arranque del mandato se ha consumido, para Rey y sus ediles, en primeras citas con entidades e instituciones. Las de los presidentes de la Xunta y el Puerto han sido las más significativos, dada la mala relación con el anterior Gobierno municipal. Tienen un compromiso de partida, que se refrendará o no cuando se ponga en marcha: ir de la mano en el desarrollo portuario y la negociación con Puertos del Estado. El inicio de esta "pieza separada" se anunció para el otoño, por lo que tendría que producirse en breve. Llegaría un año después del frustrado anuncio del delegado del Gobierno, Javier Losada, de la convocatoria de la comisión de seguimiento de los convenios de 2004, que definen la transformación de la fachada litoral.

Con Núñez Feijóo habló de otros temas, como el Xacobeo. La semana pasada el Gobierno gallego anunciaba la creación de un albergue en la ciudad para 2021. La ubicación puede ser el edificio de Comandancia de Obras más próximo a la costa. Rey y Feijóo manifestaron que habían llegado a un pacto para llevar los residuos acumulados a cielo abierto en Nostián a Sogama. El acuerdo no pasó de las palabras. El Concello y Albada escogieron la opción más barata de un vertedero en Sobrado. Alcaldesa y presidente autonómico presumieron, por último, del desbloqueo del centro de salud de Santa Lucía, en convivencia con el mercado. Días más tarde, el Concello afirmaba que trabajaría sobre el proyecto de Gallego Jorreto, que considera incompatibles los dos equipamientos.

El acuerdo a tres bandas por la intermodal dio su primer paso esta semana. El Concello seguirá con el diseño de Marea para, indicó, no retrasar más la infraestructura. Inés Rey y Javier Losada avanzaron en junio la inminente licitación de la parte de Adif. Todavía sigue pendiente, al igual que el desbloqueo del dragado de la ría.