"Si hay que dejarla, habrá que dejarla, pero a mí hay que pagarme si hay algo de ley", manifestaba ayer Antonio Grandío Varela sobre la granja que explota en As Xubias junto al hospital Materno Infantil tras conocer la intención del Concello de expropiar la finca para construir un aparcamiento. Pero, aunque Grandío reclama una compensación por el abandono de los terrenos en los que se encuentra la explotación ganadera, estos no son de su propiedad, sino de los dueños del pazo situado a muy corta distancia y de otros terrenos colindantes, con los que mantiene un acuerdo para permanecer en el lugar.

Los propietarios, que ayer declinaron efectuar declaraciones, tan solo dijeron desconocer la intención del Concello de expropiar la finca, de la que la alcaldesa, Inés Rey, explicó también ayer que no está calificada en el plan general para la realización de actividades ganaderas, sino para la construcción de infraestructuras, como informó ayer este diario.

Una docena de vacas pastan en la actualidad en el terreno, de 5.000 metros cuadrados de extensión, en el que también hay cuadras para la cría de cerdos, además de un gallinero. Pero Antonio Grandío, que en noviembre cumplirá 81 años, no solo se dedica a cuidar los animales en este lugar, sino que reside allí mismo a causa de sus problemas de movilidad, que le obligan a caminar con la ayuda de dos bastones. "Vivo aquí por no poder ir a casa", señaló sobre su vivienda en la calle Montes, a la que no puede acceder desde que se hizo de sentido único y se bloqueó para impedir el paso de coches, por lo que optó por residir con su mujer en la casa que construyó en la finca de As Xubias.

A pesar de que lleva más de cuarenta años en el lugar tras haber sido conductor de autobuses y empleado de Congeladora Coruñesa, no le importa tener que dejar la granja si finalmente se confirma el proyecto municipal: "No me daría pena ninguna, yo ya hice lo mío".

La visión de las vacas pastando junto a la avenida de A Pasaxe, con el Materno en un extremo y el colegio Santa María del Mar en el otro, llama poderosamente la atención en esta parte de A Coruña, en la que son abundantes las urbanizaciones de chalés y en la que escasean las estampas rurales.

Una empresa intentó adquirir estos terrenos durante el anterior mandato municipal socialista para construir un estacionamiento ante la elevada demanda de plazas que existe en la zona por la actividad del Materno, pero su proyecto fue rechazado por el Concello, ya que tenía en mente una iniciativa similar. Pero hubo que esperar hasta el Gobierno local del PP para que esa idea se pusiera en marcha y se iniciaran las conversaciones con los propietarios para acometer la expropiación.

La cesión gratuita de terrenos que realizó el Ministerio de Fomento al Concello al otro lado de la avenida de A Pasaxe y al pie del Centro Oncológico hizo que el aparcamiento cambiara finalmente de ubicación y que se le adjudicara a la constructora Copasa, que lo explota desde 2015. Las elevadas tarifas que tiene ese aparcamiento hacen que su ocupación sea baja y que muchos usuarios y trabajadores del hospital se decanten por intentar estacionar en los alrededores.

El anuncio de la expropiación de la finca ganadera llevó ayer al BNG a reclamar que se opte por rescatar la concesión del parking de Copasa, aunque Inés Rey replicó que una operación de ese tipo "no es un procedimiento fácil y tampoco barato". La alcaldesa añadió que el Gobierno local conversa ya con la concesionaria para reducir sus tarifas "porque nadie va al Materno por gusto".

Fuentes municipales explicaron ayer que el Gobierno local no descarta la posibilidad de llegar a un acuerdo con los propietarios del terreno de As Xubias que evite la expropiación. Por el momento no ha decidido si encargará la construcción y explotación del aparcamiento a una empresa o lo hará el propio Concello, así como si su uso será gratuito o de pago.