Manuel Suárez es un vecino del barrio de Monelos. A sus 65 años, disfruta desde enero de su jubilación tras haber trabajado casi toda su vida en el Hospital Universitario. Sin embargo, su primer año como jubilado no está siendo todo lo tranquilo que debería, ya que desde hace más de un mes no puede lavar su ropa en la lavadora, ducharse por las mañanas o beber un vaso de agua con tranquilidad. "Cada vez que abro el grifo el agua sale completamente marrón. Después de un mes haciendo llamadas a Emalcsa y poniendo reclamaciones, nadie me ofrece una solución", declara.

Emalcsa señala que se trata de un episodio "ocasional", y confirma haber recibido las reclamaciones de Manuel y otros vecinos de la zona. Por ello, operarios de la empresa municipal han recogido muestras en Monelos para averiguar el origen del fenómeno. La semana pasada Emalcsa se puso en contacto con Manuel para comunicarle que trata de "minimizar en la medida de lo posible" el problema y que la turbidez del agua es un "fenómeno natural, puntual y difícilmente predecible", así como que, aunque su color cause alarma, no afecta a su potabilidad.

A espaldas de Manuel Suárez, múltiples gastos en garrafas de agua mineral, en productos blanqueantes y en lavanderías. "Toda la ropa blanca se me ha estropeado al utilizar la lavadora, porque el agua sale con tierra. A veces, al ducharme, me quedan restos en el pelo y tengo que volver a lavármelo otra vez", comenta Manuel.

Este vecino acusa a la empresa municipal de aguas de A Coruña, Emalcsa, de no atender a sus reclamaciones y de no responsabilizarse de su situación, y reclama una compensación económica por todos los gastos que este problema le está acarreando. Además, añade que la última factura trimestral que ha recibido es mucho más alta que las anteriores, ya que muestra un incremento de consumo de diez metros cúbicos.

Manuel no encuentra explicación, ya que este mes ha evitado consumir el agua de su hogar. "Si vas a un bar y te ponen una botella con agua amarilla no te la vas a beber, y mucho menos vas a pagarla. Comprobé si había alguna fuga, pero no la hay. En Emalcsa me dijeron que debía cambiar el contador porque era de 1994, y eso hice", explica mientras enseña el antiguo contador con tierra en su interior.

Otras 13 viviendas comparten edificio con Manuel, pero el resto de vecinos no han tenido grandes problemas. "La mayoría mantienen los contadores antiguos, y puntualmente han visto que el agua salía amarilla, pero yo, al vivir en el primero, debo ser al que más le afecta", señala. Pese a su contador nuevo, por el que tendrá que pagar dos euros más al mes, el agua turbia persiste.

Pero para Manuel lo peor es la falta de atención por parte de la empresa suministradora de aguas y del resto de instituciones con las que ha contactado, como el Servicio Municipal de Medioambiente o el Instituto de Consumo. Como la eterna pescadilla que se muerde la cola, cada vez que llama a uno de los servicios, lo remiten a otro, de forma que al final nadie le ofrece una solución. "Me siento indefenso, porque ya no sé a quién recurrir", denuncia.

El pasado 28 de septiembre, vecinos de A Gaiteira, Os Castros, O Castrillón, Monelos y Agra do Orzán denunciaron episodios de agua muy turbia. Emalcsa explicó que estas zonas dependen del bombeo de Eirís y que el problema pudo ser un cambio de presión en algún sistema, pero que no hubo riesgo par la salud.