El Puerto Exterior de punta Langosteira no solo se construyó principalmente para acoger superpetroleros con un calado deficiente para su acceso (que obligó a realizar hasta el momento dos costosas obras de ampliación de dicho calado), sino que además la conexión ferroviaria por tren que se exige desde hace años al Gobierno central se justificó fundamentalmente en el tráfico de carbón de la central de Meirama, con su cierre ya anunciado para verano del año que viene. El estudio informativo de la conexión por tren con el puerto de Langosteira realizado en el 2014 indica que, según los datos aportados por la Autoridad Portuaria de A Coruña, para los dos horizontes de 2017 y 2037, la previsión era de 1,7 millones de toneladas de carbón para Meirama.

En el estudio informativo se indica que el principal tráfico ferroviario que generará Langosteira será "el carbón de importación hacia la central térmica de Meirama". Es más, en este documento se indica que para el escenario del año 2037, el tráfico por tren "seguro" sería en un 70% carbón para la central de As Pontes y un 40% del "posible" sería para la térmica de Compostilla en El Bierzo, de Endesa, que también tiene su cierre anunciado para junio de 2020.

En el informe sobre la conexión ferroviaria con esta dársena exterior también se decía, con datos de la Autoridad Portuaria, que a pesar de que el carbón de importación con destino a la central térmica de Compostilla no se descarga ya en A Coruña desde el año 2009, "no se debe descartar que en un futuro este tráfico vuelva" a las instalaciones portuarias de Arteixo, algo que las circunstancias sobrevenidas ya dejan sin sentido.

"En conclusión, la conectividad ferroviaria del puerto exterior resulta ser un requisito básico para que se desarrolle el tráfico de carbón, puesto que solo a Meirama se transporta por ferrocarril el 65% del total de carbón desembarcado", se concluye en el estudio informativo. Los otros tráficos que se preveían para justificar el acceso por tren eran el de cereal, el de bioetanol y el de madera de Finsa, con mucho menos volumen.

El impacto del descenso de tráfico portuario de carbón no solo afecta al puerto exterior y a la conexión ferroviaria pendiente a Langosteira sino también, y seguramente con mayor incidencia, al puerto de Ferrol (cuya conexión ferroviaria está licitada y en ejecución). Y todo esto en un escenario de descenso acusado de tráfico portuario de estos dos puertos gallegos. En el caso de A Coruña, y con los datos hasta agosto (últimos publicados) el descenso de tráfico general, en toneladas, fue del 18,13% (respecto del mismo período del año anterior) y los graneles sólidos bajaron un 34,15%.

Aunque las previsiones del 2014 se han evidenciado equivocadas al no tener en cuenta el escenario actual de cierre de las centrales térmicas, la realidad es que la conexión ferroviaria del puerto exterior, presupuestada inicialmente en 140 millones de euros, y para la cual no existe dotación económica ni previsión de financiación, sigue siendo necesaria para garantizar la viabilidad del puerto exterior y su conexión con los corredores de mercancías, tanto a nivel español como europeo. Un puerto exterior sin conexión ferroviaria tampoco tendría sentido.