Los actos vandálicos salen caros a recintos como el Palacio de la Ópera o Expocoruña, que tienen que destinar cada año miles de euros a reponer cristales, aseos y puertas que sus clientes o visitantes se llevan por delante. En la Memoria de las Cuentas Anuales del recinto ferial consta que, durante el año pasado, la institución recibió 32.044 euros de las empresas aseguradoras en concepto de cobro por los daños ocasionados por los vándalos en las instalaciones.

El año anterior, esta partida fue mucho menor, de 6.925. Esto implica que, antes, las arcas de la entidad tuvieron que hacer frente a los gastos para poder justificar el arreglo ante las aseguradoras.

La concesionaria del Palacio de la Ópera, del Palacio de Exposiciones y Congresos y también de Los Cantones Village, Comar, explica que, durante el año pasado, gastó más de 50.000 euros en los tres recintos y puntualiza que, aunque estos actos están incluidos en las pólizas de seguros, en la mayoría de los casos, las compañías no se hacen cargo de los arreglos, ya que el importe de los daños es inferior al que tienen fijado en las franquicias. Esto redunda en que la mayoría de las intervenciones, según Comar, se financia con el presupuesto de los recintos.

Preguntado por este diario, el Concello asegura que no dispone de estos datos respecto a sus instalaciones municipales, como el Coliseum, el teatro Rosalía, el Fórum Metropolitano o el montante de la reparación de los actos vandálicos en la Torre de Hércules. Fuentes municipales indican que, cuando se producen desperfectos en estos recintos, se reparan con cargo a cada uno de los presupuestos y que no se tiene en cuenta la naturaleza de los hechos, que no se especifica si es una pintada en una pared o una butaca lo que hay que reparar ni el porqué.

En Los Cantones Village, los daños más repetidos son: los producidos a los ascensores por patadas, las pintadas en el exterior del inmueble y también en el aparcamiento, la rotura de las piezas de los aseos y los cristales rotos, tanto los de la fachada, como los de las botellas y los vasos que se quedan como restos del botellón, que se celebra en las inmediaciones del edificio y que, a menudo, provocan pinchazos en los vehículos y daños a los peatones. Durante el año pasado, estas reparaciones costaron más de 20.000 euros.

En Palexco, los desperfectos se producen en la fachada, con la rotura de cristales y en las zonas ajardinadas. Comparte problema con los Cantones, ya que el botellón deja su huella también en el recinto, por lo que, según explican desde Comar, han tenido que reforzar la seguridad y las brigadas de limpieza. Durante el año pasado, la empresa invirtió más de 15.000 euros en estos arreglos.

En el Palacio de la Ópera, los vándalos se ceban con la parte de la azotea, en la que están los jardines. Comar explica que han sufrido robos de cobre, la rotura de las puertas, ventanas y jardines y también. En este recinto, como en los otros dos, también se registran pintadas. La factura de estos arreglos ascendió a más de 15.000 euros durante el pasado ejercicio.

La concesionaria se queja, además, de la lucha diaria que tienen que librar contra los orines. En Palexco y en Los Cantones Village, contra los de los humanos y, en el Palacio de la Ópera, contra los de los perros, a los que sus dueños sacan a pasear por las inmediaciones del parque de Santa Margarita y les dejan evacuar apoyándose en los cristales del edificio.