Un monumento a la nostalgia, a la música y a la cultura popular de una generación. Así se presenta Yo fui a EGB, el espectáculo consagrado a las décadas de los 70 y los 80, que dará inicio esta tarde en el Coliseum. A partir de las 19.00 h., desfilarán por el escenario grupos icónicos del momento como Danza Invisible y Amistades Peligrosas. Los tributos a Queen y Michael Jackson, y las referencias a las series y dibujos de entonces completarán las cinco horas de show, que presentará el conocido cómico e imitador Carlos Latre.

En espectáculos como estos, ¿a uno no le queda más remedio que sentirse mayor?

Pues no te creas. Yo pienso que todos los que fuimos a EGB sentimos que de aquello no hace tanto. Yo me siento fresco y, sobre todo, con la energía de bailar lo que llevamos a cada una de las ciudades.

¿Cómo era el Latre de EGB?

Malísimo, pero también muy divertido. Era el típico que, a pesar de imitar a los profesores y de estar haciendo bromas todo el día, sacaba buenas notas, así que contrarrestaba una cosa con la otra...

¿Ya imitaba entonces?

Sí, desde que era muy pequeño. Yo empecé imitando a los grandes, a Martes y Trece, Los Morancos, Cruz y Raya... Después es cuando comencé a crear mis propias voces y me diferencié un poco.

¿Hoy se considera más imitador o más actor?

Imitador. Bueno, la verdad es que imitar es la base de mi trabajo, pero yo sería lo que se llama en Estados Unidos un one man show. Soy un poco chico para todo, ahí es donde me encuentro más cómodo.

Hace unas semanas se atrevía con Carmen Calvo en El Hormiguero, y lo bordaba.

¿Sabes lo que pasa? Que ha sido fantástico el tema de El Hormiguero, porque hemos vuelto a crear personajes caracterizados. Y el caso de Carmen Calvo sí, fue un éxito. Hasta ella misma me felicitó. Al día siguiente me envió una carta diciéndome que le había encantado y que gracias por poner un poco de humor a este mundo nuestro de la política, en el que tanta falta nos hacía.

¿Le suelen felicitar los imitados?

Es habitual. Tengo la gran suerte de que se lo toman muy bien. Se dan cuenta de que lo nuestro es entretener y poco más...

Durante mucho tiempo, se trató de un entretenimiento amateur. La imitación era más afición que profesión.

Sí, estaba poco contemplada como una disciplina. Era algo bastante de cuñados, pero yo he intentado llevarla a un terreno más profesional. Hace unos años sería impensable llenar teatros solo con un imitador, pero entre unos cuantos lo hemos conseguido.

¿Cuál ha sido su momento más surrealista en un teatro?

Me han pasado mil cosas. Desde que haya venido una ambulancia porque un señor casi se muere de risa, hasta el show Yes, we Spain. A él venían americanos trajeados pensando que era en inglés y que era una cosa muy institucional. La verdad es que he tenido éxitos muy grandes en teatros...

También en televisión. Se cumplían hace poco 20 años de Crónicas Marcianas...

¡El tiempo vuela! Llevar 20 años en televisión te hace darte cuenta de que aquello fue algo inimitable, se convirtió en mi universidad. Yo llegué a hacer 90 personajes diferentes en Crónicas Marcianas. A veces pasaba algo en el Congreso de Ministros, y de repente tenías que hacer a Aznar como fuera porque estaba de actualidad. Eso me dio una técnica que me ha servido el resto de mi vida.

Después de estar tanto tiempo a la sombra de sus personajes, ¿qué significó dejarlos a un lado en programas como Tu Cara Me Suena?

Fue el principio de Carlos Latre. En Crónicas Marcianas estaba detrás de una máscara, y 10 años después seguía siendo el chaval aquel que imitaba. Tu Cara Me Suena me dio la oportunidad de mostrarme. Ahora, con la madurez llega el caramelo de El Hormiguero, poder estar de nuevo en prime time. He tenido la suerte de pillar varios éxitos, pero también me he arruinado dos veces y he tenido proyectos que no funcionaron para nada.

El de El mundo de Chema fue sonado...

El mundo de Chema fue un fracaso estrepitoso en Cuatro, y donde me dejé prácticamente todo mi dinero. Pero me enseñó mucho. Tengo el recuerdo de haberlo pasado mal, de haber sufrido muchísimo, de haber tenido noches sin dormir... Pero lo volvería a pasar, porque ha significado que hoy soy lo que soy y sé lo que sé.

En contrapartida, participó hace poco como experto en un talent show de Estados Unidos. ¿Cómo acabó al otro lado del charco?

Me ficharon ellos. Me llamaron directamente de la CBS porque estaban preparando un programa en el que necesitaban una serie de expertos de todo el mundo. Conocían mi experiencia como director y como productor, y les encajaba.

Trabajó con artistas como Drew Barrymore y James Corden. ¿Hicieron migas?

Hice migas con Drew Barrymore, porque es adorable. Y James Corden es una bestia parda, divertidísimo y muy inteligente. También estuve con Jimmy Fallon en su programa, y Huge Jackman nos invitó a su show. Yo siempre digo que este ha sido uno de los años más importantes de mi vida, porque he tenido la oportunidad de estar con gente a la que admiro, y además me he dado cuenta de que son muy normales. Tanto Jackman como Fallon me dijeron: "Si vienes aquí, llámanos".

Parece que empieza su etapa más internacional...

Siempre ha estado en mente, pero de una manera muy tranquila. Yo lo que creo es que la vida te va brindando oportunidades. Si todo va bien, me encantaría asomar la cabeza y enseñar lo que sé hacer. Pero mi sitio y mi público están en España.