Aprender a generar espacios exteriores con el fin de fomentar la comunicación, la creatividad y el cuidado propio y al medio ambiente. Esa es la premisa del proyecto Contornas para coidarnos, que desplegará, en el entorno del aula libre de Sociología, conocida como El Despachito, una serie de talleres a lo largo de los próximos días 21, 22, y 23. Una serie de dinámicas participativas que se encargará de coordinar la activista ecofeminista Lucía Loren.

El proyecto, surgido de una convocatoria de Orzamentos Participativos de Cultura, es el resultado de la conjunción de esfuerzos del decanato y el alumnado de Sociología, responsables de la concepción y construcción de El Despachito a raíz de materiales reciclados, y de la profesora de Ciencias de la Educación Mar Rodríguez Romero. "El entorno de El Despachito da mucho juego para una intervención en el paisaje desde el ecofeminismo. La idea es estar fuera haciendo intervenciones de forma participativa y colaborativa", explica Rodríguez Romero.

Para ello, contarán con el asesoramiento de Loren, para quien la construcción de estos espacios exteriores, con el fin de escapar a las limitaciones de comunicación y acción que implican las aulas, constituye una parte importante de su trayectoria educativa y artística. Aunque, explica, el proyecto todavía no está cerrado, en pos de recoger las propuestas y necesidades de los participantes, este estará orientado a "favorecer espacios para estar en el exterior a través de mobiliario que permita encontrarnos fuera, entablar conversaciones. Todo generado sobre la marcha", apunta.

Acciones como la construcción de mobiliario a partir de materiales desechados o elementos naturales como ramas o excedentes de poda, o la ornamentación con flores de lavanda y plantas meliferas que favorezcan la polinización, son algunas de las acciones posibles a realizar en el marco del proyecto.

Toda una serie de actividades orientadas a potenciar e instruir sobre las ventajas del trabajo en el exterior con respecto a las aulas tradicionales. "Los exteriores son lugares más amplios, son espacios que nos conectan más con lo sensorial, los olores, los sonidos, el tacto... Es un espacio más cómodo para el propio ser humano. En el aula no hay espacio suficiente, estar fuera permite otros ritmos y materiales", apunta Loren. Una iniciativa en la que educación, ecología y creatividad van de la mano, siempre con carácter colaborativo. "No son actividades estrictamente académicas, pero sí culturales, con una deriva educativa fuerte. Es educación en la acción, que necesitamos para enfrentarnos al cambio climático y del sistema", resume Rodríguez.