Diez años después de que el Ministerio de Fomento adjudicase la redacción del proyecto de construcción de un túnel bajo la rotonda de Matogrande, esa iniciativa, que pretendía evitar las habituales congestiones que se producen en ese punto, permanece paralizada. El inicio de la ocupación de las viviendas del parque ofimático y la eliminación por el Gobierno central del Partido Popular del acceso a ese nuevo barrio en el proyecto de ampliación de la avenida de Alfonso Molina hacen prever un incremento del volumen de vehículos que confluyen en la rotonda.

En ese cruce confluyen la carretera AC-10, que une las avenidas de Alfonso Molina y de A Pasaxe, además de las de Salvador de Madariaga y Salgado Torres, así como el acceso principal al barrio de Matogrande, lo que lo convierten en un punto clave del tráfico en la ciudad. La AC-10 canaliza además gran parte del movimiento de camiones que proceden del puerto y que se dirigen hacia Alfonso Molina o los polígonos industriales, circunstancia que agrava los problemas que sufre la intersección.

Esta situación ya fue apreciada por Fomento en octubre de 2009, que planteó construir un túnel para que la circulación de la AC-10 discurriese por él con cuatro carriles, así como elevar en lo posible la rotonda. También se preveían dos vías paralelas a la AC-10 para comunicar a los edificios de sus márgenes, que además estarían conectadas mediante dos pasos peatonales. La elaboración del proyecto fue encomendada a Tecpro Ingeniería Civil y Tipologías Estructurales en Madera, Hormigón y Acero por 391.078 euros, a las que se dio un plazo de seis meses para presentarlo, aunque el documento nunca llegó a darse a conocer.

Fomento decidió en 2018 eliminar del nuevo diseño de Alfonso Molina el ramal hacia el ofimático con el argumento de que antes debía redactarse el nuevo plan parcial del polígono, trámite que podrá demorarse durante años. Esto hace que los residentes en el ofimático solo dispongan de acceso por la rotonda de Eirís o la carretera del mismo nombre, ya que la que pasa junto a los Maristas fue cerrada al tráfico tras las protestas de los vecinos de Eirís de Abaixo. Para justificar su postura, el ministerio estimó que en 2020 solo el 10% del ofimático estaría habitado y que no lo estaría totalmente hasta 2040. En la actualidad hay tres edificios habitados en el barrio y otros dos están con las obras avanzadas, mientras que el promovido por la Xunta está a la espera de una nueva adjudicación.