Magnífico comienzo de temporada en la Filarmónica. Con el Rosalía prácticamente lleno y una agrupación „el Cuarteto de Zagreb„ de primerísima calidad. Este prestigioso cuarteto nació hace cien años con miembros del Conservatorio de Zagreb y ha alcanzado esta larga y fecunda existencia, tras superar los terribles acontecimientos que sucedieron en su territorio, durante el pasado siglo. Primero, cuando se padeció la invasión por parte de Alemania y luego la ominosa influencia de la URSS; y después la guerra de la década de los noventa, tras la disolución de Yugoslavia. Los integrantes actuales mantienen el altísimo nivel artístico de quienes cimentaron la merecida fama de este soberbio cuarteto. Comenzó el concierto con una obra del compositor croata, Kuljeric. Su Canción para ciuarteto de cuerdas es una página notable que se escucha con agrado; utiliza breves elementos populares de su país que trata con ingenio y cierta reiteración, en el estilo de los compositores minimalistas. El cuarteto de Grieg tiene momentos muy bellos cuando el compositor trabaja sobre el folclore noruego. Versión de rara perfección, del Cuarteto de Zagreb, que escuchó grandes aplausos. Finalizó el concierto con el Cuarteto de Ravel, obra muy bella cuya construcción de carácter cíclico hace que nazca, toda ella, del lírico motivo del primer movimiento. Interpretación memorable de la agrupación croata; tercer tiempo bellísimo, con preciosos claroscuros obtenidos mediante un delicadisimo juego dinámico. La reiteración en los aplausos y algunas exclamaciones de entusiasmo, propiciaron el bis: Allegretto, una página característica, sarcástica y encantadora, a la vez, de Shostakovich.