El 30 de junio de 2012, el sorteo de La Primitiva tuvo como combinación ganadora los números 10, 17, 24, 37, 40 y 43. El complementario fue el 3 y el reintegro el 1. En A Coruña, el 26 de junio, una persona selló una apuesta automática en la administración del Carrefour de Alfonso Molina, por la que pagó dos euros. Tenía cinco coincidencias con la combinación ganadora y el complementario. No fue el único boleto que compró ese día, también hizo otra Primitiva y dos Gordos. En total, se gastó siete euros. Eran las 18.23 horas.

El 2 de julio, sobre las 11.25 horas, según consta en los registros de las máquinas comprobadoras, el dueño de los boletos fue a la administración de San Agustín. No lo sabía pero, para entonces, llevaba en la mano un premio de tres euros por uno de los Gordos que había sellado, y 4,72 millones de euros d la Primitiva.

El primer boleto que el lotero, Manuel Eugenio Reija, pasó por la terminal fue el millonario. Entonces, en la pantalla salió el mensaje: "Premio Superior. Llevar resguardo a la Delegación" y el cliente nunca más volvió a tener el boleto en su poder. Uno de los denunciantes, el que la Policía Nacional considera el legítimo dueño de la apuesta, declaró que, después, el lotero le entregó la calderilla del premio menor, como así queda registrado en la máquina. Reija, en su declaración, dijo que se había encontrado el resguardo cuando estaba solo en la administración, aunque esa versión no coincide con los registros de la máquina, que dicen que comprobó los billetes en 16 segundos. Y el de la Primitiva millonaria fue el primero.

Durante la mañana, volvió a pasar dos veces más por la máquina comprobadora el resguardo, a las 11.39 horas. Ante la policía, el lotero declaró que le había "llamado la atención [el boleto] al encontrarse solo y en unas condiciones impecables, como recién salido de la terminal", del otro lado del pasamonedas. Al día siguiente, el 3 de julio, Manuel Eugenio Reija entregó el boleto en la sede provincial de Loterías y Apuestas del Estado. El delegado es su hermano Miguel quien, una semana después, trasladó el resguardo a Madrid con su comprobante. El 5 de septiembre, el lotero de San Agustín solicitó que se le abonase a él el premio, ya que había obrado "de buena fe" al entregar el boleto. Loterías, sin embargo, encargó a la Policía Judicial que hiciese un examen de las huellas que hay en el comprobante [un total de once] para intentar localizar a su legítimo dueño.

Dos días después, en la sede de Loterías de Madrid, alguien „a quien la entidad no identificó para la elaboración de la investigación„ presentó a cobro la Primitiva millonaria. Para entonces, el boleto constaba como "encontrado" en Loterías, uno de los motivos que lleva a los agentes que, en 2019 realizan la investigación de este asunto, a pensar que Loterías encubrió a los hermanos.

Y es que, los agentes solicitaron "el número exacto de premios superiores a 5.000 euros comprobados por Manuel Eugenio Reija" en San Agustín durante los cinco años anteriores a 2012. Para comprobar si "el presunto engaño" fue "puntual" o si "dicha artimaña" ya la había "cometido en episodios anteriores". Esos datos, sin embargo, no le fueron facilitados. El 20 de septiembre también fue presentado a cobro el boleto pero, para entonces, ya constaba como "pago retenido".

El que la Policía Nacional considera que es el legítimo dueño del boleto „ahora fallecido„ denunció el 7 de diciembre de 2018. Los investigadores dieron credibilidad a su testimonio ya que coincidía con los datos aportados por los registros de las máquinas comprobadoras. Algo que, sin embargo, no hacía el relato del lotero.

La instructora del caso ha pedido a la Audiencia que se pronuncie sobre qué juzgado es el competente para seguir la investigación, ya que había procedimientos abiertos en varias salas. Mientras tanto, ha citado como investigados „figura que sustituye a la de imputado„ a los dos hermanos. El lotero aseguró que la incongruencia de su testimonio tiene explicación.