Los miembros de la Fundación Ronsel trabajan diariamente con emprendedores. Imparten cursos de orientación laboral y fomentan la mejora de la cualificación profesional y la capacidad de inserción de las personas desempleadas. Su director, Luis García, desvela que "no hay una fórmula mágica" y que todo parte de la "formación" del emprendedor. Asegura que las redes sociales son "fundamentales" en la comunicación entre empresario y cliente, al que le gusta "ser escuchado".

¿A qué se debe el auge del emprendimiento en los últimos años?

No es un solo factor, sino varios. Lo primero es que el mercado laboral no está fácil por mucho que aumenten las contrataciones. Lo que contratan y para qué no responde a la demanda de mucha gente que está buscando empleo. Esto hace que surja el emprendimiento por necesidad, y no por vocación. Que ambos casos son buenos. Otro factor es que las administraciones públicas dan ayudas o rebajas para los autónomos. Ha habido mejoras e incentivos económicos que favorecen esa tendencia. También, lógicamente, cuando algo se pone de moda, por decirlo de alguna manera, tiene más posibilidades de que haya gente que valore esa situación cuando antes no lo hacía. Los años de crisis también hicieron que a los profesionales mayores de 45 años les resultase complicado encontrar trabajo.

Pero para emprender, ¿es necesario tener una formación previa?

Sí. Hay que hacer un emprendimiento consciente y medir los riesgos. No voy a emprender porque me empujan o porque hay subvenciones, sino porque estoy convencido y he hecho un test de mercado. No hay una fórmula mágica. La palabra emprendimiento responde más a una actitud y ser emprendedor es muy bueno, pero dar de alta una actividad profesional económica ya son palabras mayores. Hablamos de un "equivócate rápido y barato". Si haces una gran planificación para un gran negocio con una gran inversión, tienes muchas posibilidades de que si no aciertas, y es muy difícil acertar a la primera, la recuperación de esa situación sea muy complicada. Por eso hay que apoyar más la segunda oportunidad. El emprendedor debe ser valiente pero también cauto, que asuma riesgos calculados.

¿Todavía hay miedo a emprender?

Yo no hablaría de miedo. Si tienes miedo, no lo haces. Ahora la gente es más consciente de que no simplemente teniendo el dinero suficiente hay que emprender, creo que hemos madurado un poco más y pensamos de forma más profesional para poner en marcha un negocio. Repito que nadie tiene una varita mágica para acertar. Pero el autoempleo es muy digno, muy sufrido y muy satisfactorio también. Además, puedes generar empleo y crear empresas, que es lo que necesita este país.

¿La idea es la clave?

No. Lo importantes es la persona o el grupo de personas que están detrás de esa idea. De la idea inicial a lo que acaban siendo, los negocios sufren muchos cambios, así que la idea, sinceramente, nunca es lo importante. Por eso cuando empezamos a trabajar con ellos, sus competencias son nuestro principal foco. Luego ya miramos el modelo de negocio y su consolidación, que es nuestro proyecto estrella. Con esto reducimos los riesgos.

¿Está todo inventado, hay nuevas demandas o los emprendedores generan el deseo al cliente?

Hay un poco de todo. Cuando sacas un producto o un servicio al mercado, lo que debes preguntarte es si responde a una demanda ya existente que puedes mejorar, si estás solucionando algún problema que has detectado en los clientes o que tengas la capacidad, algo muy difícil, de generar una nueva necesidad. Yo estoy en el grupo que dice que todo está inventado, pero es relativo. Esa actualización y punto de innovación son muy importantes. ¿Por qué un bar está vacío y el de al lado está lleno si están en la misma zona? Probablemente por su trato, sus ofertas y si escuchan a los clientes. Es una adaptación constante.

¿Las redes sociales han cambiado esa comunicación entre emprendedor y cliente?

Sí. Hoy en día es mucho más fácil hablar tú a tú con el cliente, anunciarse, encontrar cuáles son sus demandas y, a partir de ahí, adaptarse a ellas. Es cierto que las páginas web están bien, pero son estáticas, solo aportan información. Las redes sociales lo que te permiten es anunciar algo y buscar la opinión de los clientes. Todos buscamos esas referencias después. Son importantes los comentarios, la interacción y las críticas constructivas. Es un valor muy fuerte. Antes hacer un estudio de mercado y hablar con tus clientes era carísimo, ahora es más accesible. Además, estamos en una sociedad que busca novedades.

Muchos negocios, además, nacen con un compromiso fuerte con el medio ambiente. ¿Es una nueva tendencia?

Sí. Los 17 objetivos de desarrollo sostenible están en la agenda de cualquier empresa, sea gran o pequeña. Afortunadamente, los pequeños emprendedores están surgiendo al amparo de eso, que es una moda y, por qué no decirlo, una moda muy positiva. Esto favorece el consumo, porque el cliente premia a los productos sostenibles, favorecen el desarrollo económico y es una potente herramienta de marketing.