El origen de los ingresos de las familias determina el lugar de la ciudad en el que residen, según refleja el estudio elaborado por el Instituto Nacional de Estadística a partir de los datos sobre el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas proporcionados por la Agencia Tributaria. En el caso de A Coruña, las calles Alfredo Vicenti y Fernando Macías, junto con la plaza del Maestro Mateo, son las que concentran un mayor número de personas cuyas ganancias proceden de acciones o rentas de propiedades, situación que se da en el 36,7% de los residentes, mientras que un 30,8% de las personas viven de los salarios que cobran, el porcentaje más bajo de todo el municipio.

A continuación se sitúan la plaza de María Pita, la Marina y la calle Riego de Agua, donde son el 30,2% de los vecinos los que tienen estos ingresos como medio de vida, aunque son un 51,3% los que dependen de un salario. El tercer puesto lo ocupan las calles entre la plaza de Lugo y Juan Flórez, donde quienes viven de rentas y acciones son el 30,3%, cuando un 45,2% lo hacen de un sueldo.

Pero ninguna de estas zonas es la que cuenta con mayor volumen de ingresos por persona, ya que es la plaza de Lugo y su entorno la que figura en cabeza, con 29.364 euros de renta anual individual, seguida del sector entre Federico Tapia y Linares Rivas con 26.364 euros y de María Pita y su entorno con 23.720 euros. La ubicación de estos vecinos en unas zonas privilegiadas por su posición céntrica y su calidad urbanística contrasta con las que concentran a quienes subsisten gracias a otros tipos de ingresos.

"Estamos hablando de lugares con una estructura social muy asentada durante muchos años y con un perfil económico alto, hay una correspondencia clara entre el nivel y el tipo de los ingresos y ciertas áreas muy definidas de las ciudades, como el Ensanche en relación con la periferia", explica sobre este fenómeno el sociólogo Alberto Rodríguez Barcón.

El grupo de calles que reúne a más personas que viven de un salario es uno de los más periféricos del municipio, Novo Mesoiro. El 85,7% de los habitantes de la calle Fragas do Eume y el margen derecho de la avenida de Novo Mesoiro viven de su sueldo, según las declaraciones de la renta, seguidos por sus vecinos de Illas Sisargas e Illas Cíes con el 85,4%, mientras que la parte baja de la avenida de Novo Mesoiro se sitúa en tercer lugar con el 85,2%.

Las tres áreas forman parte del mismo barrio, construido únicamente con viviendas de protección oficial y en el que reside el mayor porcentaje de población joven de la ciudad, lo que reduce de forma muy significativa la presencia tanto de pensionistas como de personas con ingresos económicos elevados. Esto se traduce en que Fragas do Eume e Illas Sisargas-Illas Cíes son además las zonas con menor número de habitantes cuyo ingreso es una pensión de jubilación, con un 4,2% en ambos casos.

"El caso de Novo Mesoiro es peculiar porque es un barrio creado con vivienda protegida, tiene un porcentaje altísimo de población joven y un nivel de ingresos medio bajo. Cuando se hace todo un barrio con vivienda protegida se está predefiniendo qué clase de gente va a vivir allí y al final va a haber una fragmentación socio espacial evidente", señala Rodríguez Barcón, para quien esta iniciativa tuvo "el plus de hacerla en la periferia, ya que construir un barrio entero de esas características en ese lugar es toda una declaración de intenciones".

Contrapone las características de este barrio a las de Matogrande, que en su opinión "se diseñó con la intención de que tuviera un perfil socioeconómico elevado por la calidad de los edificios, el tejido comercial y una zona de ocio", por lo que estima que estas dos zonas de A Coruña "son los dos paradigmas de cómo crear un entorno residencial orientado hacia un perfil o hacia otro".

El caso contrario a Novo Mesoiro en cuanto a la edad de la población se localiza en las Torres de los Marineros de la avenida de Monelos y los edificios más próximos, donde un 46,9% de los residentes viven de estas prestaciones, seguidos por los vecinos de las calles Bugallal Marchesi y Casares Quiroga, al otro lado de la avenida de Alfonso Molina, con un 45%. Ambas zonas de la ciudad fueron pobladas a partir de los años setenta, en muchos casos mediante cooperativas de viviendas promovidas por trabajadores, y sus habitantes originales tienen ya una avanzada edad.

A pesar de todo, el arquitecto Luciano Alfaya, quien dirigió en su día el proyecto A cidade dos barrios, advierte que las diferentes zonas de la ciudad "con el paso del tiempo tienden a equilibrarse" y recuerda que "vivienda social también fueron otros barrios que en principio acogieron rentas más bajas y población más joven que después fue envejeciendo".

Rodríguez Barcón coincide en esta visión, ya que señala que los barrios surgidos por la emigración de personas procedentes de fuera del municipio "nacieron con gente de un grupo de edad y una determinada condición laboral,como el Agra do Orzán, pero en el medio plazo reproducirán el proceso de envejecimiento porque son muy homogéneos desde el punto de vista demográfico".

Tres zonas periféricas y con una baja calidad urbanística concentran el mayor porcentaje de personas que tienen en las prestaciones por desempleo su fuente de ingresos. Las calles Bellavista, Pascual Veiga y Villa de Negreira —en el Agra do Orzán— lideran esta clasificación con un 3,9%,mientras que en el grupo María Pita, en Labañou, son el 3,8% y en las Casas de Franco el 3,6%. El caso opuesto se produce en la zona del Ensanche, ya que el entorno de la plaza de Lugo, el de Rubine y el de la plaza de Recife comparten la misma tasa de personas dependientes de las ayudas al paro, un 0,4%.

El número de desempleados guarda relación con el nivel medio de renta de cada zona, ya que la que cuenta con unos ingresos más bajos es la de las Casas de Franco, con 7.761 euros por persona, seguido del grupo Pardo de Santayana, en Labañou frente al grupo María Pita, con 7.853, y el entorno de la plaza del Padre Rubinos, en Os Mallos, con 8.373 euros.

"En general siempre existe una segmentación espacial de las ciudades en términos de ingresos económicos", comenta Alberto Rodríguez Barcón, quien añade que en los últimos veinte años "es más evidente desde que se revalorizó el centro histórico y ciertas áreas por su patrimonio, su actividad comercial y de ocio, que atrae a colectivos adinerados que en los años noventa preferían residir fuera del municipio", por lo que considera que en todas las ciudades se produce el fenómeno de la vuelta al centro.

Pero, a pesar de las notables diferencias que existen entre las características urbanísticas de las distintas zonas de la ciudad, Luciano Alfaya pone de relieve que en la investigación realizada con A cidade dos barrios reveló que "no se notan deseos de cambiar de barrio, más del 80% de los habitantes quería seguir viviendo en su barrio aunque quisiera mejorar sus condiciones, no existía un anhelo de vivir en otras zonas.

Para Rodríguez Barcón , "hay que apostar por políticas que reduzcan las desigualdades sociales", por lo que defiende "introducir vivienda accesible de manera más dispersa en toda la ciudad para evitar tener barrios muy homogéneos", aunque admite que esto "obliga a intervenir en el mercado inmobiliario, porque siempre es mucho más fácil actuar en áreas muy degradadas o en la periferia que hacer una política más ambiciosa en áreas muy densas y en las que hay que negociar con los actores privados ". Barcón destaca, no obstante , que con este tipo de actuaciones "también se consigue controlar el precio de los alquileres, que es muy importante".

Luciano Alfaya juzga como "interesante que se hagan políticas públicas de inserción de vivienda pública en el centro para equilibrar la ciudad", como la rehabilitación de edificios que se aplica en Ferrolvello y que cree extensible a la Ciudad Vieja.

También ve factible la promoción en la ciudad de los nuevos sistemas de residencia, como el coliving o la vivienda intergeneracional, ante la escasez de suelo público en A Coruña, ya que considera que "la capacidad que tienen los políticos para incidir en materia de vivienda en la ciudad construida es escasa".