La lluvia y el viento mal recibidos por los coruñeses estos días han supuesto en cambio un aliciente bien acogido por quien no está acostumbrado a esta climatología. Una pareja canaria que ayer disfrutaba de la gastronomía local en una terraza admitía que había viajado esta semana a A Coruña porque sabía que iba a llover y tenía ganas de ver y sentir la lluvia, que en su tierra natal es poco habitual.