Vecinos de O Martinete denuncian que un edificio inacabado situado entre las calles Luis Peña Novo y Mozart es utilizado habitualmente por toxicómanos para consumir drogas, así como por jóvenes que cometen actos vandálicos en el interior. El inmueble figura en la lista de 16 que el Concello anunció en febrero del año pasado que ordenaría su demolición tras haberse declarado caducada su licencia, que le fue concedida en octubre de 2007. La obra debía terminarse en el plazo de dos años, según figura en el cartel de la obra que aún se halla en la fachada.

Este lugar fue el escenario el sábado del robo y agresión a dos menores, de 15 y 16 años, por parte de un hombre de 42 que fue detenido por la Policía Local. Los hechos ocurrieron a las 16.25 horas, cuando los agentes vieron al varón, de 42 años, corriendo detrás de un muchacho, así como a otro hombre que les perseguía y que se identificó como guardia civil fuera de servicio que acudió en ayuda de los menores.

Los policías municipales averiguaron que el detenido pidió a los jóvenes un euro para coger el autobús y que cuando se lo negaron, trató de arrebatarle a uno de ellos la riñonera. Durante el forcejeo, le dio un puñetazo en la cara y finalmente se hizo con el dinero, tras lo que marchó del lugar.

Pero en ese momento se dio cuenta de que no llevaba el teléfono móvil y pensó que se lo habían arrebatado los muchachos, aunque en realidad lo tenía una joven que iba con él y que se había alejado durante la agresión. Por eso regresó junto a los menores y les exigió el teléfono, al tiempo que les golpeaba, hasta que uno de ellos salió corriendo perseguido por el agresor y el otro fue a pedir ayuda, momento en que aparecieron el guardia civil y la Policía Local. El detenido fue denunciado por un presunto delito de robo con violencia y los menores fueron entregados a sus padres, que acudieron hasta el lugar.

Inmueble sin terminar

Los hechos sucedieron a corta distancia del edificio inacabado de las calles Luis Peña Novo y Mozart, del que uno de los vecinos de la zona, que lleva siete años residiendo en la calle, asegura que durante todo ese tiempo nadie ha trabajado en él y que se desconoce si la empresa promotora continúa activa. El inmueble ocupa casi una manzana completa y antes estaba rodeado por una valla que fue derribada, por lo que es frecuente la entrada de personas que van allí a consumir drogas, así como de jóvenes que causan destrozos y que recorren el interior del edificio, en cuya fachada son visibles pintadas realizadas por ellos, mientras que en el suelo del patio de manzana hay restos de ladrillos y botellas arrojados desde los pisos altos.

Uno de los residentes presentó un escrito en el Concello el año pasado alertando de la invasión de la acera por la maleza, ya que suponía un riesgo de incendio, lo que hizo que se limpiara esa zona, aunque no el interior de la parcela al tratarse de una propiedad privada.

A este problema se suma el que los balcones están cerrados con tablones que en algunos casos están colgando, por lo que pueden caer a la calle, mientras que el interior se halla sin protecciones para las rampas del garaje y los huecos de los ascensores, que suponen un peligro para quien penetre en el edificio.