Filántropa, empresaria y conferenciante, Bisila Bokoko es una de las mujeres españolas destacadas del mundo empresarial. Reside en Estados Unidos, donde está inmersa en múltiples proyectos. Impartirá hoy en la sede de la Asociación de Emprendedores de Galicia (Ascega), en la calle Antón Vilar Ponte, 11, a las 9.30 horas la conferencia El fracaso, combustible para el éxito empresarial y personal.

Su conferencia tratará el fracaso como una oportunidad. ¿En qué consiste esta visión?

Va en relación a que en ocasiones el fracaso se ve como un estigma. La gente a veces se bloquea ante un fracaso profesional, y acaba afectando a la parte personal. El fracaso es parte del camino de ser empresario, podemos aprender de él. Hay que darse un par de golpes para encontrar nuevas soluciones. Vamos a hablar también de la segunda oportunidad: cuando tienes que cerrar una empresa, o estás en una situación muy complicada de crisis, cuál es la actitud necesaria para trascender ese momento con el mayor éxito posible.

¿Cree que, en España, la actitud ante el fracaso suele ser la de tirar la toalla?

Sí, creo que el fracaso te paraliza, y tiene mucho que ver con la parte cultural. Se supone que una persona tiene que tener éxito en todo momento y no se le perdona que tenga un tropezón en su trayectoria profesional o empresarial. Si fracasas te entran los miedos y ves que no hay otra salida. En otros países el fracaso se ve de una manera más amable. Creo que es importante, en un mundo tan cambiante y en el que las cosas van tan rápido como es en el que estamos ahora mismo, que el empresario del siglo XXI cambie la actitud ante el fracaso.

Nació en España, pero reside en Estados Unidos. ¿Cómo se lidia con el fracaso en la tierra de las oportunidades?

En Estados Unidos, por ejemplo, se piensa que si no fracasas es porque no has hecho nada en tu vida. El llegar al éxito supone una parte de prueba y error. En las historias del camino del héroe son muy frecuentes en los empresarios norteamericanos que en algún momento les echan de su propia empresa o han tenido un fracaso económico, y sin embargo, han salido a flote, e, incluso, han tenido unos apoyos. Se transforma el fracaso en un aprendizaje.

Son más tolerantes allí.

Sí. Este nuevo período de empresarios y emprendedores está haciendo que estemos cambiando. La empresa española era muy sólida, familiar, con muchos años. Al ir cambiando, irá cambiando nuestra mentalidad.

Es una de las españolas más influyentes en el mundo empresarial. ¿Qué ha aprendido de sus fracasos?

He tenido varios, profesionales y empresariales. Un fracaso a nivel profesional me llevó a emprender. Un despido supuso un cambio de paradigma para mí. He emprendido desde el miedo, en su momento, mientras trabajaba porque no quería perder la seguridad. Me quedé sin esa seguridad que apreciaba mucho. Con esa empresa también tuvimos, en su momento, muchos problemas, pero creo que gracias a esa mentalidad de no abandonar nunca remontamos, salimos a flote y estamos en un buen momento. Ha habido otras reinvenciones, momentos de reorganizar las cosas, y como los cambios en el mundo son tan grandes, hay que estar reinventándose constantemente. Voy por mi tercera reinvención, y las que quedan.

¿Hay algún momento en el que es conveniente dejar de intentarlo?

Sí, hay momentos en los que uno no se puede dar golpes. Una de las cosas que define al fracaso es lo que tienes que dejar de hacer, hay que pararse a analizar lo que hay que cambiar para salir adelante. Hay negocios que no funcionan, pero eso no significa que no tengas las habilidades. Creo que todos tenemos una capacidad emprendedora que es intrínseca en el ser humano, una creatividad que hay que buscar. A veces estamos bloqueados por las cuestiones externas, el círculo que nos rodea. Hay que pararse y pensar qué es lo que tengo que dejar de hacer. Tiene que ver con los hábitos que tiene muchas veces el empresario.

¿Cuáles son esos hábitos?

A veces pensamos que podemos trabajar 16 horas al día, por ejemplo, que es lo que yo hacía, pero llega un momento en el que la mente no te da para más. Hay una serie de hábitos que empiezan por cuidarse a uno mismo. Hay que tener tiempo para tu familia y las cosas que te gustan, y cuando decides hacer un proyecto, te tiene que encantar. Hay que centrarse también en qué beneficio tiene para los demás lo que estás haciendo. El empresario de antes quería enriquecerse, le importaban un bledo sus trabajadores, eso ya no funciona así.