Las intervenciones de los concejales en el pleno se extendieron ayer durante muchos minutos, más de los que marca el reloj que pone el límite. Ante el malestar de la edil de Marea, María García, la alcaldesa, Inés Rey, explicó que "no tenía prisa" y que su intención era probar a dar "tiempo libre" a los distintos grupos, aunque comprobó que este "libre albedrío no funciona".