El Concello está tramitando la licencia de obra para la rehabilitación del cine Avenida, solicitada por su propietario, Abanca. El inmueble, de protección integral, lleva vacío doce años, aunque ahora los técnicos municipales están estudiando la solicitud para la reforma, que tiene que adecuarse al Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y Pescadería.

La historia entre el Concello, la Xunta y Abanca, que compró el inmueble del número 7 del Cantón Grande a Amancio Ortega en 2007, tiene muchos capítulos. Uno de ellos, el más extenso, sobre su catalogación. El edificio, diseñado por el arquitecto Rafael González Villar en 1941, tenía una protección de nivel II, es decir, de excepcional valor arquitectónico y cultural, en el plan especial aprobado inicialmente en 2012.

Tras una primera modificación, el Gobierno local, con Carlos Negreira como alcalde, decidió rebajar su categoría a una protección menor, un nivel III, que agrupa a las construcciones con características singulares y elevado valor arquitectónico de protección estructural. En octubre de 2014, la Consellería de Cultura consideraba esta rebaja "aceptable", pero tres meses después cambió de opinión y Patrimonio preservó la protección integral del cine Avenida, lo que en la práctica limita las obras a conservación y restauración. Esto impide realizar trabajos para mejorar su funcionalidad con la redistribución de espacios.

El asunto llegó al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que mantuvo el nivel II, y al Tribunal Supremo, que obligó a Concello y Xunta a compensar económicamente a la entidad financiera por una pérdida injustificada de edificabilidad en la parcela del número 7 del Cantón Grande, que a día de hoy continúa vallada.

El paso de los años generó también expedientes de deficiencias y ruina, por los que Abanca se vio obligada a emprender determinadas actuaciones para garantizar la seguridad del edificio. Fuentes municipales señalan que no se harán más requerimientos porque ya se encuentra en vía de rehabilitación.

Actualmente, la entidad financiara no desvela qué planes tiene para este inmueble. No hay más previsiones que la que manifestó cuando adquirió la construcción, en 2007. La entonces Caixa Galicia consideraba el edificio podría ser adecuado para un recinto de oficinas y de actividad institucional y social, anexo a la sede de su fundación, que también está ubicada en el Cantón Grande.

El otro edifico de Ortega

Aunque Amancio Ortega vendió el número 7 del Cantón Grande a Caixa Galicia, ahora Abanca, sí conserva la propiedad del inmueble que ocupa el número 4, donde actualmente se encuentran la sede coruñesa del Banco Santander, en el bajo; el desarrollador de software, Accenture; y el conocido despacho de abogados Garrigues, entre otros.

La intención del equipo del fundador de Inditex es vaciar de inquilinos este edificio, que podría pasar a ser la sede de las oficinas de la Fundación Amancio Ortega y Pontegadea, su firma patrimonial. Estas dos firmas se encuentran en el polígono de Sabón, por lo que su traslado también significaría dejar sin ocupar dos espacios en Arteixo.

El Cantón Grande es una zona emblemática de la ciudad donde, además del Obelisco, está la Fundación Barrié, Afundación y la sede de la ONCE. Al otro lado del paso de peatones se encuentra el Banco Pastor, cuya fachada está en rehabilitación, con carteles del Banco Santander, su propietario.