El próximo 8 de diciembre a las 22.00 horas comenzará la huelga indefinida convocada por el comité de empresa de la planta de tratamiento de basuras de Nostiánhuelga indefinida planta de tratamiento de basuras de Nostián. La medida de presión estará precedida de concentraciones en la plaza de María Pita los días 22 y 29 de noviembre y 5 de diciembre. ¿Cuál es el origen de este conflicto en A Coruña y qué consecuencias puede tener? A continuación se detallan las causas de este enfrentamiento entre los trabajadores y la empresa, que tiene como precedente la huelga realizada en 2013.

¿Por qué protestan los empleados? Albada, la concesionaria de la planta de Nostián, anunció que el 1 de enero aplicará un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para el 40% de la plantilla, lo que afectará a entre 40 y 45 de los 104 trabajadores fijos. La empresa también solicitará el decaimiento del convenio, lo que impedirá sustituir a los empleados estables con otros temporales, como se hace ahora durante las bajas y las vacaciones.

¿Cómo justifica la empresa el ERTE? El mismo día en que se pretende aplicar, la compañía dejará de tratar la basura de los ocho municipios del Consorcio As Mariñas. Esa decisión es una respuesta a la orden del Concello coruñés de que continúe gestionando la planta desde el 1 de enero a pesar de que ese día habrá terminado el contrato que se inició en 1999. El contrato permite a Albada una prórroga máxima de cinco años hasta que se adjudique el nuevo contrato, pero lo rechazó, por lo que el Concello le obligó a que mantenga la actividad hasta que haya un nuevo gestor de la instalación. El actual Ejecutivo municipal prevé licitar ese contrato en el primer semestre de 2020 y adjudicarlo en el tercero.

¿Por qué se niega la empresa a continuar? Albada ha mantenido numerosos conflictos con el Concello a lo largo de la concesión. Muchos acabaron en los tribunales y con resultados negativos para ella. Uno de los últimos fue la anulación de la compensación que se le abonaba por supuestos desequilibrios económicos en su actividad, acordada con el Gobierno local de PSOE y BNG y denunciada por el del PP. Otro fue la negativa de la compañía a sellar el vertedero de la planta, ya que consideraba que debía hacerlo el Concello. El Ayuntamiento, al igual que los trabajadores, estima que la decisión de Albada de no tratar la basura del área metropolitana y de despedir a parte de la plantilla supone un "chantaje" para hacer valer sus pretensiones económicas.

¿Puede el Concello impedir los despidos? El Gobierno local asegura que el contrato que terminará el 31 de diciembre obliga a Albada a seguir prestando el servicio hasta que haya un nuevo concesionario y, además, en las mismas condiciones que hasta ahora, por lo que debe tratar la basura del Consorcio As Mariñas y mantener al mismo personal. La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, declaró que tomará las medidas necesarias para que Albada cumpla sus compromisos y avanzó que el Concello ya estudia las fórmulas que puedan garantizar la actividad del complejo.

¿Qué proponen los trabajadores? El comité de empresa plantea que el Concello asuma el control de las instalaciones mediante el nombramiento de un interventor y que las gestione hasta que se adjudique el nuevo contrato. El Gobierno local señala que incluye esa posibilidad entre las que analiza para que prosiga el tratamiento de los residuos, pero advierte que el contrato de la planta de Nostián es de una gran complejidad y será necesario tener en cuenta los aspectos jurídicos y técnicos del problema.

¿Qué pasó en la huelga de 2013? Albada despidió ese año a once trabajadores por una supuesta caída en la llegada de residuos a causa de la crisis y anunció la rebaja de los salarios en un 25%, además del aumento de la jornada laboral. Los despedidos acamparon en la entrada de la planta, mientras el 28 de julio se iniciaba una huelga indefinida. El Concello envió la basura a Sogama mientras en la ciudad se sucedían los sabotajes de camiones, incendios de contenedores y puntos limpios y agresiones a empleados de la recogida, que también hicieron huelga el 26 de agosto y el 5 de octubre. La propia planta sufrió un importante incendio el 27 de agosto y el conflicto terminó el 14 de noviembre, 108 días después, con la readmisión de los despedidos.