Doris Pérez y Lucía González no le tienen miedo a nada. Y, en su caso, hay motivos para temer. Su lucha contra la minería depredadora en defensa de su tierra les ha acarreado amenazas e intentos de soborno. Han llegado, incluso, a disparar contra ellas, pero no se amedrentan. Invitadas por Enxeñería sen Fronteiras, visitan A Coruña estos días para explicar su causa y, de paso, tomar nota de experiencias similares de defensa ambiental que puedan darse aquí.

Lucía y Doris provienen de El Triunfo, un municipio hondureño en el que una empresa, con el beneplácito del Gobierno central, trata de poner en marcha una explotación minera que dañará la vida de los pobladores de la zona, desoídos por las administraciones en su oposición a la mina. Solo cuentan con un apoyo, el del Comité para la defensa y el desarrollo de la flora y fauna del Golfo de Fonseca, asociación con la que Enxeñería sen Fronteiras colabora desde hace once años.

"Somos defensoras de nuestra tierra. La minería nos ha traído problemas como la contaminación de las aguas, que dañan nuestra salud. Luchar con esta gente con dinero es muy duro", explica Doris Pérez. De este problema endémico de la zona hablarán, a lo largo de estos días, en diferentes zonas de Galicia. Ya lo han hecho, en A Coruña, en el centro Tomás Barrós, en el centro cívico Cidade Vella y en la Escuela de Caminos. También han visitado el Monte Neme y se han reunido con activistas de diferentes asociaciones ambientales. Hoy visitarán, además, la mina de Touro-O Pino.

Su objetivo principal es el de dar a conocer su lucha y tomar nota de posibles iniciativas que puedan ayudar en su cruzada. "Aunque aquí hay un problema parecido, allí luchas todos los días, arriesgas la vida. Nos amenazan de muerte, no sabes si vas a llegar a casa", relata Doris Pérez. Aunque son conscientes del peligro que corren enfrentándose a las élites en uno de los países más violentos de América Latina, nada las frena. "Si nos quitan esto, nos quedamos sin nada", zanja la activista.