El proyecto de reforma del paseo marítimo entre el castillo de San Antón y la glorieta de acceso a Adormideras, supondrá la desaparición de las vías del tranvía en el tramo conocido como de Orillamar, pero el futuro del resto del trazado de este medio de transporte todavía está por decidir. "Sería un poco precipitado decir que se suprime todo el tranvía por este primer tramo", advirtió ayer el concejal de Urbanismo y Movilidad, Juan Díaz Villoslada, ya que esa decisión está pendiente de los estudios técnicos que encargará el Concello este mismo año para determinar si es posible restablecer el servicio desde la Torre de Hércules hasta las Esclavas.

"La decisión sobre este tramo va a indicar qué hacer en el resto, pero aún estamos haciendo estudios técnicos preliminares", manifestó Villoslada sobre la iniciativa de suprimir el tendido del tranvía entre San Antón y Adormideras. El concejal detalló que su departamento tiene como prioridad en este momento la conclusión del proyecto técnico del primer tramo del paseo que se remodelará debido a que será financiado parcialmente con fondos europeos Eidus, por lo que deben cumplirse los plazos establecidos.

El Gobierno local se fija como objetivo contar con ese proyecto antes de que termine el año y durante ese mismo periodo encargar también los estudios sobre el resto de tramos del paseo, que prevé que estén terminados a comienzos de 2020. "Pediremos soluciones técnicas alternativas" explicó Villoslada sobre el encargo que efectuará su concejalía, aunque admitió que "la decisión de este primer tramo es importante y va a condicionar el resto".

Solución homogénea

Según el responsable municipal, "lo razonable es que la solución sea homogénea con el resto y que si se suprime aquí, que haya una supresión general", aunque matizó que no habrá una decisión definitiva sobre la reanudación del servicio del tranvía hasta que se disponga de los estudios técnicos sobre todos los tramos. Villoslada consideró posible recuperar el recorrido del tranvía turístico entre la Torre de Hércules y las Esclavas por la presencia del faro romano en ese tramo y apuntó que esa es una de las razones por lo que no hay una resolución definitiva sobre el futuro de esos vehículos, cuya actividad se interrumpió en 2011.

Los accidentes ocurridos en la línea y las graves deficiencias apreciadas por los técnicos en el trazado de las vías animaron al Gobierno local del Partido Popular a interrumpir el servicio del tranvía poco después de llegar al poder y no tomó una decisión sobre su continuidad, al igual que Marea Atlántica durante todo su mandato. La actual alcaldesa, Inés Rey, declaró recientemente que antes de las próximas elecciones municipales se sabría si el tranvía volvería a circular.

Desde que se retiraron del servicio, los vehículos permanecen guardados en las cocheras situadas en As Lagoas, donde la Compañía de Tranvías les realizó entre 2011 y 2014 análisis técnicos y se encargó de su mantenimiento, aunque sin que el Concello admitiera hacerse cargo de los costes. La empresa, que alerta del deterioro de los tranvías, abona desde 2015 la electricidad y alarma de las cocheras y, ante la falta de respuesta del Gobierno local a su petición, optó por reclamarle en los tribunales una cantidad cercana a los 500.000 euros.