La licencia que el Ayuntamiento tramita para que Abanca intervenga en el edificio de su propiedad junto a la sede de Afundación en el Cantón Grande, el antiguo cine Avenida, tiene como fin la realización de trabajos de conservación en el inmueble. La construcción está bastante deteriorada, lo que dificulta que se pueda llevar a cabo una rehabilitación y permite un limitado margen de actuaciones. Su protección urbanística integral, además, reduce el tipo de intervenciones. Abanca todavía no ha desvelado los planes respecto al futuro del edificio, aunque fuentes próximas a la operación apuntan que las obras previstas se ejecutarían con el objetivo de mejorar su conservación.

Hace doce años, cuando la entidad financiera adquirió el inmueble del número 7 del Cantón Grande a Amancio Ortega, había manifestado que preveía reformarlo para habilitar oficinas y espacios de actividad institucional y social, estrategia que reforzaría el trabajo de la sede de Afundación en el edificio anexo. Pero la elevada protección (integral, nivel II) del antiguo cine Avenida, que permanece vallado, se mantiene desde entonces, pese a intentar rebajarse a nivel III (estructural) en el mandato del Partido Popular, lo que limita las posibles obras a conservación y restauración.

El paso de los años ha motivado expedientes de deficiencias y ruina en el edificio y Abanca se ha visto obligada a emprender distintas actuaciones para garantizar su seguridad. Hace dos años el Ayuntamiento le requirió un plan para su rehabilitación ajustado a su nivel de protección urbanística, dado que la propietaria no lo había hecho.

El antiguo cine Avenida fue diseñado por el arquitecto Rafael González Villar en 1941 y está vacía desde 2007, año en el que Abanca compró el inmueble del Cantón Grande al empresario y fundador de Inditex Amancio Ortega. Los técnicos municipales estudian la solicitud hecha por la entidad financiera, que tiene que adecuarse al Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y Pescadería.