Dicen que la distancia es el olvido / pero yo no concibo esa razón". Glosando el viejo bolero, el artista que ha realizado su formación primera en A Coruña no debería olvidar a la urbe que lo acogió y a quienes lo apoyaron en los primeros tiempos, cuando aún no era el músico que está realizando ya una notable carrera internacional. Marianna Prjervalskaia es una espléndida pianista. Su versión del precioso concierto de Saint-Saëns desató un verdadero clamor en el público. El toque límpido, cristalino, preciso; la perfección de su doigtée: la poderosa pulsación, la belleza del sonido que obtiene del piano... Es una gran artista; y eso en esta ciudad lo sabemos desde que era una niña. Correspondió a las aclamaciones con un vals que compuso con veinte años, a imitación de Ravel. Y, en efecto, sin que ello signifique plagio alguno, recuerda a La Valse y a los valses nobles y sentimentales (y así, entronca también con Schubert). Bonita obra, de difícil ejecución, adecuada como bis para cualquier pianista. Una muestra más del talento de esta joven que, si bien nació en Moldavia, vivió en A Coruña desde los diez años, cuando en 1992 se instalaron aquí sus padres. Otro gran triunfador fue el joven director alemán Clemens Schuldt. Realizó una labor de concertación excepcional en el concierto de Saint- Saëns; hizo una magnífica lectura de la partitura de Torres; y una de las mejores versiones que recuerde de la encantadora sinfonía de Schumann. Esta obra, fruto del genio de un joven de treinta años, fue dirigida con un adecuado entusiasmo juvenil por Schuldt y provocó una enorme explosión de entusiasmo entre el publico. Hay que estar atentos a la evolución de la carrera de este director: puede llegar a ser uno de los grandes.