Menos días de lluvia aunque más torrenciales, aumento de la temperatura y casi el triple de días y noches cálidas en la ciudad. Ese es el panorama que el Ministerio de Transición Ecológica proyecta para A Coruña, que en 2100 alcanzaría una temperatura media de 19,7ºC, casi tres más que actualmente, según recoge en su Plan de Adaptación al Cambio Climático.

Los efectos de esta tendencia medioambiental ya se hacen notar, en determinadas épocas del año, con temperaturas extremas y lluvias constantes. En 2019 se han registrado 43 días cálidos, una cifra que se triplicará hasta las 119 jornadas con buenas temperaturas que se esperan para dentro de casi 80 años. Lo mismo pasará con las noches, de las 52 del presente año se alcanzarán las 137 en 2100. Dentro de 75 años, y según este estudio, habrá días en que se llegue a los 38,5 grados.

Este incremento hará que durante casi una veintena de días se supere la temperatura mínima por encima de los 20 grados, mientras que ahora solo ocurre en contadas ocasiones, una o dos jornadas. También tienden a desaparecer los días de frío extremo, por debajo de los 0ºC.

"Es difícil saber cómo afectará esto. Lo importante es cómo se va a organizar la respuesta desde las instituciones públicas y qué herramientas de protección van a desarrollar. Según cómo respondamos, sabremos si se van a ver truncados nuestros hábitos", señala Helena Martínez, miembro de Ecologistas en Acción de A Coruña.

Así, las previsiones indican que hará menos frío pero también se reducirán las lluvias. En 2100, el Gobierno vaticina que lloverá 20 días menos, pasando de lo 154 días de 2020 a los 134. Sin embargo, las precipitaciones serán más constantes. El visor de escenarios de Transición Ecológica proyecta que en 2095 lloverá 49 días seguidos, mientras que a día de hoy el límite está en un mes.

"Al cambiar el régimen pluviométrico se van a ver afectadas muchas cosas, como el nivel de los embalses. Las medidas de restricción del agua son algo desconocido, o muy puntal, para nosotros pero ahora van a ser habituales", advierte, a la vez que añade que se generarán "más incendios por esta sequía". "Antes, el periodo de incendios finalizaba en septiembre y ahora ya se ha ampliado hasta octubre", explica con preocupación.

Estas previsiones están calibradas de acuerdo con el escenario conocido como RCP 8.5, el más pesimista con el que se trabaja en este tipo de estudios, que habla de un panorama sin cambios, con un incremento sostenido de las emisiones como el actual. El Acuerdo de París establece un plan de acción mundial que pone el límite del calentamiento global muy por debajo de 2 ºC, mientras que A Coruña podría llegar a incrementar la temperatura en casi tres grados.

Además, los pronósticos de la Estratexia Galega de Cambio Climático 2050 de la Xunta también advierten de una mayor probabilidad de padecer incendios forestales y de mayor impacto.

Otro de los efectos del cambio climático es la subida del nivel del mar, una situación que también preocupa a Helena Martínez. "Habrá más inundaciones y el efecto será más exagerado en las rías", reconoce. La investigadora de la Universidade de Santiago asegura que este incremento "distorsionará la vida habitual de las zonas costeras". "Las mareas rojas, que ya se están viendo, aumentan la cantidad de materia orgánica por el cambio climático en las aguas y esto afecta a la producción de mejillón, por ejemplo, pero también al marisqueo en general", expone.

Martínez encuentra un matiz positivo en este "escenario tan negativo" y es la concienciación social. "La población se va a interesar cada vez más por el cambio climático. Un estudio reciente revela que un 40% de los jóvenes se ve participando en el futuro en organizaciones relacionadas con el medio ambiente. Eso ya es una respuesta", señala con optimismo, a la vez que alerta de que "no hay que fomentar la ecofobia", ese miedo a las consecuencias del cambio climático.