En su ciudad, y con casi tantos nervios como impaciencia. Así presentará Sabela Ramil el 29 de noviembre su ópera prima en Fnac, donde ya levantó pasiones este enero con el recopilatorio de su paso por Operación Triunfo 2018 ( OT). La coruñesa, que se ganó el corazón de los gallegos con sus interpretaciones y sus alusiones al Deportivo, sabe que es en casa de donde debe partir su nueva aventura. La llama Despedida, pero es un saludo a un capítulo "lleno de experiencias", que firmará y compartirá en directo con una pequeña actuación a las 18.00 horas.

Apenas acaba de comenzar y ya se está despidiendo

(Risas) En realidad, me despido de las canciones porque, al fin y al cabo, dejan de ser solo mías y pasan a ser de todas las personas que quieran acogerlas. Digo adiós a todo ese proceso anterior al lanzamiento... Es como cerrar una etapa para poder abrir una nueva.

¿Qué siente que empieza para usted?

Experiencias. Siento que empieza una etapa de explorar y descubrir este mundo musical, porque antes me dedicaba a la música, pero no era mi foco.

Con este disco sale al fin a la carretera, pero también vuelve a Bravos, a donde comenzó todo

Sí, porque me gustan las raíces culturales, la esencia de cada uno a nivel individual. Pero siempre y cuando esas esencias te permitan salir a otros lugares para seguir explorando. En verdad es un volver para viajar de nuevo, aunque soy una persona bastante hogareña.

El propio trabajo lo compara con una casa, ¿le ha marcado cruzar alguna habitación?

Sí, desde luego. Hay momentos y temas que son duros, porque es abrir parte de ti. Por ejemplo, Mi reina me costó, porque habla de un tema personal, y siempre que profundizas en heridas o en situaciones que te han ocurrido, te cuesta.

En El paso

Poder crear libremente, porque a veces piensas demasiado en lo que debería quedar en el resultado final.

¿Había expectativas de la gente sobre usted?

(Silencio) No lo sé. Supongo que esperaban que siguiese la línea del programa, pero el programa son solo unos meses en tu vida, la gente no te conoce al 100%. Es difícil prever a un artista, sobre todo cuando está empezando.

Pero sí sigue en parte esa línea. Su primer single es en gallego, y en OT

(Risas) Sí. En el programa ves los vídeos que te envían, pero nunca sabes cómo es la realidad fuera. Al salir fue muy bonito pero abrumador, porque no vas viendo cómo crece. Yo al entrar estaba emocionada, pero no sentía que fuese a haber un cambio. Y al salir es cuando me di cuenta.

¿Todavía hay que demostrar todo lo que tenemos aquí?

Hay que darle valor a toda la diversidad que tenemos a nivel cultural y musical. Al final, la identidad de cada uno sale en todas las cosas que haces...

Usted lo hizo al máximo. Hasta tocó la pandereta en una canción de Emeli Sandé

(Ríe) Sí, pero para mí era algo natural. Me decían todo el rato que estaba reivindicando, pero mi objetivo no era ese, era aprender y aportar lo que podía. Y yo lo que tenía era eso. Para crear algo es importante escucharse y ver lo que hay dentro de ti.

¿Le sorprendió lo que encontró?

Sí, sobre todo porque la gira de OT era un no parar de situaciones que nunca había vivido, y me sorprendieron cosas que aprendí de mí, como que en realidad me arriesgo más de lo que creía. También me voy reafirmando en que, aunque cuesta adaptarse a los cambios, siempre acabas encontrando herramientas en ti misma.

Esa reticencia a los cambios, ¿es lo que le hacía rehuir de los castings hasta castingsOT

No. Lo que pasa es que nunca creí que la televisión pudiese ser mi sitio, así que nunca sentí la necesidad de ir. Pero en estos últimos años ha cambiado la forma de hacer este tipo de programas, y supongo que pensé que valía la pena.

Su remesa ha resultado menos mediática que la edición anterior

Yo ahí ya no entro, no me pongo a analizar si somos más mediáticos o no, porque a mí lo que me interesa es la música. Pero, si no estuviéramos en este programa, igual nos costaría más. En realidad, yo creo que depende mucho del camino de cada uno, más que lo que pueda rodearle.

El suyo tiene leguas. Dice su familia que aprendió a cantar antes que a hablar

Sí. De hecho, hay muchos vídeos por ahí (risas). En mi familia la música siempre estuvo muy presente y supongo que era algo natural. De pequeña chapurreaba (ríe), pero luego era un poco de todo. Pop, rock, folk, copla... Era un no parar en el salón.

Habla del mundo real. ¿Siempre será la mejor academia?

Sí. La Academia fue buena, pero a la hora de entender cómo funciona la industria, el mundo real es el mejor de los libros. Cuando salí tardé unos meses en adaptarme, pero cuando me bajo del escenario soy Sabeliña igual que antes.