"Hace mucho tiempo que pensamos que quieren acabar con este modelo, lo que pasa es que, como no se atreven a decir 'Fuera los Centros de Orientación Familiar (COF)', los están dejando morir", denuncia la psicóloga clínica del centro de Orillamar, Chus Díaz. Y es que, estos departamentos, que fueron pioneros y referencia en los años ochenta y noventa, adolecen ahora de falta de personal y del apoyo de la Xunta, que habla de superar el modelo actual, de dejar atrás "la fragmentación", para "proporcionar una atención integral y de continuidad".

"La situación de los COF es desastrosa, porque pasamos de tener tres profesionales de ginecología, que ya eran insuficientes porque atendían a casi cuarenta concellos, a la situación actual", relata Díaz. La plaza del ginecólogo de O Ventorrillo, que se jubiló hace siete años, no se ha cubierto, de modo que sigue el resto del equipo, la matrona, la trabajadora social y la psicóloga, pero no el profesional de ginecología. Esto repercute en que, si una mujer acude a O Ventorrillo y se tiene que poner, por ejemplo, un método anticonceptivo como el DIU, que tiene que ser implantado por un ginecólogo, o que le proporcionen un aborto farmacológico, ha de ir al COF de Orillamar, que es donde están estos profesionales.

Aunque, actualmente, su plantilla también se ha visto reducida, desde marzo, cuando se jubiló uno de los ginecólogos del centro que llevaba más de treinta años en el puesto y cuya plaza no se ha cubierto. "La situación ahora es que, cuando la ginecóloga que hay necesita días de vacaciones o de asuntos propios, mandan al COF a una ginecóloga del hospital, pero, en vez de mandar siempre a la misma, tienen a cinco y viene cualquiera de ellas", relata Díaz.

Eso „explica„ repercute en la atención que reciben las pacientes. La Xunta defiende que la atención está cubierta, a pesar de las carencias de personal de los centros de orientación familiar, ya que se atienden las urgencias en el Materno y hay matronas en Atención Primaria. Sin embargo, Díaz defiende que su labor es más de prevención y de información a mujeres y hombres sanos, para que elijan el método anticonceptivo que van a utilizar, algo que no se hace en los centros sanitarios, en los que se tratan patologías.

Marea Atlántica denunció el lunes que había más de un centenar de mujeres en lista de espera en el centro de Orillamar. "Uno de los objetivos de los COF es poder aplicar los métodos anticonceptivos cuanto antes. En la lista de espera hay mujeres que se tienen que poner un método cuando tienen la regla, para descartar un embarazo, y como está todo a tope, tenemos que decirle que llamen el mes que viene y, cuando vuelven a llamar, tampoco hay sitio. Entonces, el objetivo de prevención ya no se cumple", explica Díaz.

A estas mujeres se suman las que tienen problemas con su método anticonceptivo y que necesitan que se lo resuelvan profesionales de la ginecología.

"Muchas veces, las mujeres llaman y no hay hueco en la agenda para atenderlas y esa es la agenda que nos preocupa, porque a una mujer que interrumpe su embarazo hay que hacerle una revisión en un determinado momento, no se le puede hacer tres meses después", relata Díaz, que defiende que las consultas del COF son diferentes a las que se ofrecen en Atención Primaria o en el hospital, sobre todo, porque tienen "tiempo", porque se escucha a las pacientes y "se prima la calidad, no el número".

Actualmente, una sola ginecóloga se encarga de casi cuarenta concellos, una situación que empeorará el año que viene, ya que la titular de la plaza de Orillamar y también directora del centro se jubilará el próximo ejercicio.