La obra del pintor manchego Fermín García Sevilla se encuentra en la Galería Xerión, y estará disponible para el público coruñés hasta el día 30 de noviembre. Un total de 37 cuadros componen la muestra de este artista natural y autodidacta, poseedor de más de cien primeros premios nacionales de pintura por su maestría a la hora de capturar espectaculares paisajes de todo el país.

¿Cómo ha recibido el público coruñés su pintura?

La inauguración podría decirse que fue multitudinaria, hubo muchísima gente. La aceptación de mi pintura fue muy buena, así que estoy muy contento.

¿Qué se va a encontrar quién visite su muestra?

Se encontrará con un resumen de los últimos 3 años. He querido sintetizar todo ese tiempo y abarcar todos esos sitios que he visitado. Soy pintor del natural, me muevo por toda España intentando pillar la luz de los distintos sitios a los que voy y buscar paisajes que vayan con mi forma de hacer. Por ello la exposición es muy variada, y recoge obras de gran y pequeño formato.

¿Cómo escoge los paisajes que va a representar?

Primero preparo una serie de formatos. Hay algunos paisajes que me llaman más que otros, pero generalmente busco panorámicas y elementos que me puedan dar esa sensación tridimensional. Viajo durante temporadas, sobre un par de semanas, y cojo apuntes del natural. Los cuadros grandes los termino en el estudio con esos bocetos, ya que es muy difícil hacerlos fuera a causa del viento. Los cuadros de hasta un metro si que suelo resolverlos en el exterior.

¿Qué es lo más importante en su pintura?

El punto focal, la proporción aurea, la composición y el dibujo son cosas que me preocupan mucho y son esenciales. Lo mismo que hay perspectivas de dibujo, hay perspectivas de color. La luz lo mueve todo, influye en todas las cosas, y por eso siempre intento pintar en el natural, en donde hay que procurar pintar el aire y lo que envuelve a los elementos más que pintar a los propios elementos, de forma que lo que representamos sea creíble. Si no, lo más fácil es hacer una fotografía, y para eso ya está la cámara. Yo procuro representar la envoltura aérea, algo que solo puede captar el ojo humano.

¿Qué le llevó a lanzarse a la pintura como autodidacta?

Desde el principio pinté por mi mismo, pero he conocido a mucha gente, como Víctor Chacón, uno de los grandes, o Antonio López, que lo vi pintar, y quizás ellos hayan sido el detonante y mi motivación para empezar. Después me fui curtiendo pintando al natural, presentándome a concursos, dibujando mucho, pintando en el estudio, estudiando composición... He hecho mil cosas. No necesariamente todos los pintores tienen que estudiar Bellas Artes.

De todos los paisajes que ha visitado y pintado, ¿podría decantarse por algún favorito?

Nombrar uno es muy difícil. Me encanta Ibiza porque me gusta pintar el mar, me gusta Toledo porque me gustan los paisajes fluviales, me gusta la zona del lago de Sanabria... En Asturias hay paisajes maravillosos, y en La Mancha tengo una luz excepcional. Destacar uno solo es complicado. Por proximidad podría decir que las Lagunas de la Ruidera, el nacimiento del Guadiana es a lo que más le saco partido, pero todos los paisajes tienen eso que me motiva a pintar, esa atmósfera.

¿Qué próximos proyectos tiene en mente?

Visitaré Salamanca próximamente, y seguiré impartiendo cursos de formación de pintura al natural. De hecho, hace poco estuve en la Toscana, Italia, y también en Ibiza, dando clases. Me muevo continuamente, me llaman de muchos sitios, a algunos puedo ir y a otros no, pero cada curso supone un proyecto nuevo para mí. También tengo pendiente una exposición en Madrid en mayo.