Ramón Núñez Centella (A Coruña, 1946) lleva cinco décadas dedicándose a la enseñanza y divulgación de la ciencia, y, entre otros méritos, diseñó y dirigió los Museos Científicos coruñeses. La facultad de Ciencias de la Universidade da Coruña le concede hoy a las 12.00 horas su Distinción de Honra por su trayectoria.

¿Tiene algún proyecto de divulgación entre manos?

Escribo regularmente artículos sobre efemérides científicas en Muy Interesante, con alguna otra actividad esporádica, pero estoy viviendo la jubilación.

¿Cómo ha sido el cambio en la divulgación científica?

Ha sido radical en los últimos 30 o 40 años, en todo el mundo pero sobre todo en España. Sobre todo, el aumento en el número de divulgadores y la diversificación de soportes. Las posibilidades de Internet son variadísimas, todos los días aparecen cosas nuevas. También permite la divulgación de bulos y noticias falsas. Por ello es fundamental fomentar pensamiento crítico de manera que todo el mundo, empezando por los chavales, vea las cosas con escepticismo y sepa comprobar los datos y las fuentes.

Sobre las pseudociencias, medicinas alternativas... ¿La divulgación tiene un papel a la hora de atajarlas?

Absolutamente. Lo ha tenido siempre, pero hoy si cabe más que nunca. En España hay varias personas que se dedican monográficamente a combatir esas creencias. Sirven para embaucar a mucha gente porque a todo el mundo le gusta creer en algo y si es una cosa rara, pues mejor. Hay que desmontarlas.

¿Se necesitaría un control legal de las pseudociencias?

Cualquier tipo de control legal da miedo. Es imposible evitar que la gente pueda mentir. No me importa tanto la insensatez del emisor como la postura del receptor. El único camino es educar en el espíritu crítico.

¿Hay más espíritu crítico en la ciudadanía que antes?

Sigue siendo el mismo. A los embaucadores antes se les veía por las ferias, en algunos casos por las iglesias... Las supersticiones son muy antiguas.

¿Cuál debe ser la formación de un divulgador?

En la Asociación Española de Comunicación Científica encuentras personas con formación en ciencia que adquieren habilidades de comunicación y el caso contrario. Lo importante es tener la mente abierta y un espíritu humanista. La ciencia es el instrumento más potente para cambiar el mundo. Con ciencia y amor, que decían los Beatles, amor la humanidad, al planeta Tierra, se puede alimentar bien el futuro.

¿Cómo han envejecido los Museos Científicos coruñeses? ¿Precisan más financiación?

Han resistido maravillosamente la crisis. Pensemos en todos los medios que han tenido que cerrar, mientras ellos siguen abiertos, con un nivel de actividad extraordinario y gran lozanía. Este año subieron notablemente los visitantes. El equipo de profesionales es extraordinario y el apoyo de todos los gobiernos locales que tuvimos ayuda mucho.

¿Cuál le enorgullece más?

(Ríe) Es como si a un padre le preguntas a cuál de sus cuatro hijos quiere más. La Casa de las Ciencias fue la primera y tiene un planetario que es una joya. La Domus es un homenaje a la comunión de la ciencia y el sentido estético. El acuario, un templo al mundo marino. El Muncyt, el único museo nacional de Galicia.

¿Hubo algún proyecto que quedara en el tintero?

Hubo otras ideas que podían haber salido adelante. Hablamos de una Casa de las Plantas, híbrido de museo y jardín botánico. Pero la paternidad responsable exige que no se hagan más cosas. Cuesta trabajo financiarlas.