El lotero de San Agustín, Manuel Eugenio Reija, investigado como presunto partícipe de una estafa en el caso de la Primitiva millonaria sin dueño, achacó a un despiste que dijese, en un principio, que había hallado solo un boleto, y no los cuatro que presentó la víctima como reveló la máquina de comprobación de apuestas de su administración. Lo dijo ayer ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 7 que lleva el caso y los abogados de los dos reclamantes, ante los que también declaró como investigado -figura que sustituye a la de imputado- su hermano, Miguel Reija, delegado provincial de Loterías y Apuestas del Estado en A Coruña, a quien el lotero entregó el resguardo en julio de 2012.

El lotero de Pontejos reconoció ante la jueza, según fuentes jurídicas, que si hubiese tenido la intención de quedarse con el dinero del boleto premiado -4,72 millones de euros-, se habría ido "a Canarias".

Sin embargo, hay incongruencias en sus declaraciones previas. Manuel Eugenio Reija entregó el 3 de julio de 2012 el comprobante del premio en la Delegación Provincial de Loterías, a su hermano, adjuntando por escrito las circunstancias en las que decía haber hallado el boleto: "cuando se encontraba solo, sin ningún cliente". Lo vio, según sus palabras, en la parte exterior del cristal, junto al pasamonedas y "en unas condiciones impecables". Pero los registros de la máquina de comprobación revelan que, en 16 segundos, pasó cuatro apuestas que le entregó el cliente, las mismas que había sellado en el Carrefour de Alfonso Molina el 26 de junio. La primera fue la Primitiva millonaria. Otro boleto premiado con tres euros, que entregó a la víctima, y otras dos sin premio.

En los registros que se incluyen en la investigación policial consta que el lotero, en su pantalla, pudo leer el mensaje: Premio Superior. Llevar resguardo a la Delegación, que aparece cuando la dotación es superior a 5.000 euros. Reija aseguró que fue un despiste que, entonces, se refiriese al hallazgo de un boleto, y no al de cuatro.

Los hermanos contestaron a las preguntas de todas las partes. Primero, lo hizo el lotero, en una declaración que duró tres horas. A su salida, no quiso hacer declaraciones a los medios. Sí habló el delegado provincial de Loterías del Estado, que estuvo ante la jueza poco más de dos horas. "Estoy totalmente tranquilo. Después de siete años he tenido la oportunidad de hacer la declaración. Tenía muchísimas ganas de explicar, por primera vez, todo el proceso", reconoció Miguel Reija, frente a los juzgados. El hermano del lotero insistió en que el proceso se desarrolló de forma correcta.

Los agentes encargados de la investigación sospechan que Loterías encubrió a los hermanos Reija para que pudiesen cobrar el boleto, ya que la sociedad estatal no aportó algunos de los datos que solicitaron los policías, como el número exacto de premios superiores a 5.000 euros comprobados en la administración en los cinco años anteriores a 2012.

La abogada de una de las partes reclamantes, Beatriz Canosa, que prevé solicitar más pruebas, apuntó antes de la vista que "esto es el comienzo de todo" y que se va a "dilucidar" si ha habido un engaño en este caso.

La magistrada también ha llamado a declarar a cuatro altos cargos de Loterías el próximo 17 de enero por videoconferencia desde Madrid. Los investigados son José Miguel Martínez que, en 2012, era presidente de Loterías; Juan Antonio Gallardo, para entonces director de negocio de la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado; Joaquín Argudo Carreño, que era jefe del servicio de control de premios y ahora, está en el departamento de Lotería Nacional; y José Manuel Martínez Ortiz del Pozo, entonces director de producción de sistemas técnicos de Loterías del Estado y, actualmente, subdirector de operaciones.