Los vecinos de la Ciudad Vieja tienen claro lo que desean para que el barrio en el que residen se revitalice y, menos de un mes después de participar en la Mesa da Cidade Vella convocada por el Gobierno local para estudiar en conjunto la dinamización de la zona, le trasladarán a la Corporación que no aceptan la planificación de fiestas habitual en el casco histórico, que incluye la celebración cada verano de la feria medieval. Los vecinos vinculan la recuperación del barrio a la rehabilitación de viviendas y, en relación a ello, al fomento del alquiler. Demandan además "especial protección" para la zona y la promoción de su patrimonio y su cultura como atractivo turístico.

El presidente vecinal, Pedro Roque, expondrá estas ideas con más concreción el próximo 5 de diciembre en el escaño ciudadano del pleno municipal. Su punto de vista es el resultado de un acuerdo tomado en la asamblea de los vecinos el mes pasado, un día antes de que se celebrase la Mesa da Cidade Vella. "Queremos expresarlo de este modo para que tenga visibilidad nuestra opinión, a través de una herramienta de participación que recoja nuestras reclamaciones", explica Roque.

"Muchos vecinos estamos hartos, y mucho", dice al referirse a la utilización de la Ciudad Vieja como escenario de explotación festiva. Son habituales cada año las protestas de algunos vecinos por la saturación de visitantes y puestos de comercio ambulante en las calles durante la Feira das Marabillas, a finales de julio, que trae consigo acumulación de residuos y exceso de ruido en el barrio. "El plan de fiestas no es aceptable. No se pueden cometer delitos medioambientales en una zona de protección especial", recalca Roque, que prefiere detallar las protestas la próxima semana. "Nadie está a favor de sacarle partido económico la Ciudad Vieja de esta forma".

"Tenemos un 35% de viviendas vacías y hay que ver por qué. No se puede revitalizar un lugar si no hay gente viviendo allí y lo que queremos es que se estabilice la gente en el barrio sin crear guetos de riqueza ni de pobreza", añade Pedro Roque, y así se lo comunicará a la Corporación en el pleno.

Los vecinos estuvieron en la Mesa da Cidade Vella junto a los comerciantes del barrio, que escucharon por boca del concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, el plan municipal para revitalizar la zona histórica de la ciudad. El planteamiento del Gobierno local fue encargado por el Ejecutivo anterior y el actual quiere incorporar aportaciones de distintos sectores.

La vivienda, con ayudas a la rehabilitación de edificios, es uno de los pilares del plan para la Ciudad Vieja. El Gobierno socialista propone un programa de cesiones de inmuebles para alquiler social a cambio de rehabilitación por parte del Concello, eliminar la vivienda vacía con mecanismos subsidiarios e impuestos y au-mentar las propiedades municipales. También sugiere un programa de cohabitación entre jóvenes y mayores y mejorar la accesibilidad de las casas.

La vertiente patrimonial es también relevante para el Ejecutivo, con medidas previstas como la actualización de la normativa urbanística, la revisión del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del casco histórico y el aumento de los espacios públicos. El incremento de la presencia de la Universidad dentro de la muralla de la Ciudad Vieja, nuevos usos en un espacio como el cuartel de Atocha y la implantación de nuevos servicios son otras propuestas incluidas en el plan. Además se prevé implantar servicios comunes en el ámbito del comercio, sector vinculado al desarrollo de las fiestas en el barrio. En este aspecto habrá que conocer qué coincidencias hay con el punto de vista crítico de los vecinos sobre la feria y sus consecuencias en la zona.