Una cámara, su visión del mundo y un puñado de actores aficionados. Eso es todo lo que necesita Oliver Laxe para conquistar a las audiencias, que acuden a las salas de cine animadas por el respaldo que le ha ido dando Cannes. El director coruñés ha vuelto a casa del festival con galardones a todas sus películas, a las que puso el broche de oro este año con O que arde. El filme, que se hizo con el premio del jurado y acaba de ser nominado a los Goya, centró su conversación de ayer en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, donde impartió la charla Trascendendo a paisaxe.

El artista regresó a la ciudad en la que creció como parte de la iniciativa organizada por el Grado en Paisaje, el primero interuniversitario en Galicia entre la Universidade da Coruña (UDC) y la de Santiago de Compostela. El director aseguró en su ponencia que se trata de una cuestión "determinante" porque, aseguró, en Galicia "no se pensó ni se sintió el paisaje", ni "se construyó teniendo en cuenta la escala humana".

El creador expuso su perspectiva sobre el entorno, que cobra un peso especial en su última obra. O que arde, el regreso a Os Ancares de un hombre acusado de piromanía, se ha convertido además en su primera pieza en aspirar a los Premios Goya, con nominaciones a mejor película, dirección, actriz revelación y fotografía.

Con ella, Oliver Laxe deja su impronta como gallego, al reflejar en el largometraje la identidad de Galicia independientemente de la dialéctica política. "Creo que los gallegos somos independientes en el alma, que es donde hay que buscar la libertad y la emancipación. Es la independencia que vale, las otras son cosas materialistas y superficiales", aseguró en la UDC.

El canto a la esencia de este largometraje, en un momento convulso en España por el conflicto catalán, dio pie al director a asegurar que en Galicia "no invertimos mucha energía en ese pensamiento político que divide", sino que la identidad de los gallegos "está ahí, es fuerte y reconocida tanto en Galicia, como en el resto del mundo". "Tenemos que seguir con esta actitud zen, de aceptación. No es resignación, es ser libres", matizó el autor que, a pesar de haber nacido en París, se siente profundamente gallego por su arraigo en A Coruña desde los seis años.

La Universitat Pompeu Fabra le acogió después de aquello, y sus viajes por puntos como Londres y Marruecos ampliaron su visión cinematográfica. Todos vós sodes capitáns y Mimosas fueron los primeros escalones que ascendió en el cine, hasta alcanzar un O que arde con el que no deja de alcanzar éxitos.

El director aludió a esos triunfos en su intervención, en el que afirmó que las nominaciones de la Academia le han reportado mucha felicidad. Considera que eso es lo importante, porque los filmes tienen que servir "de espejo a la gente y subir la autoestima", algo que "necesitamos en Galicia a veces, querernos más".

Con todo, Laxe considera "frágil y pequeña" la película, por lo que es un mérito poder competir con otros proyectos tan grandes, con tanto presupuesto y actores conocidos, sin desmerecer el trabajo de Banderas o Tosar.

"Las más nominadas son las películas más grandes, estando la de Almodóvar ahí está muy difícil la cosa para ganar premios. No sé, a ver, Benedicta [Sánchez] tiene sus puntos", reflexionó sobre la lucense de 84 años a la que reclutó sin experiencia y que está ahora nominada a mejor actriz revelación.

Sobre la intérprete, el artista apuntó que se encuentra en una "suerte de ecuanimidad, de punto cero", muy feliz pero intentado "ponerle cortafuegos a la euforia". Es una sensación que el propio Laxe comparte, consagrado como está hoy en España y tras cosechar triunfos en varios festivales a nivel internacional.

"Estamos todos intentando controlarnos. Nos encantaría estar ebrios de felicidad pero tenemos los pies en el suelo", apostilló desde la palestra. De nuevo, la identidad gallega es, dijo el director, en parte responsable de la mesura. "Es lo que tenemos los gallegos, que estamos muy enraizados. Todos los días la naturaleza nos dice que somos pequeños, eso hace que cultivemos esa humildad", concluyó.