Una gestión más respetuosa con el medio ambiente. Ese es el objetivo que se marca Emalcsa, que ha querido reafirmarse en su compromiso con la naturaleza de cara a la celebración de la Cumbre del Clima. La entidad ha anunciado que se encuentra en sintonía con la agenda sostenible de las Naciones Unidas, y que la convicción se traduce en sus cifras. De un 5%, frente a un 16% estatal, son las pérdidas que sufre hoy por averías de agua, que ha minimizado gracias a la renovación periódica de sus redes, el 80% de fundición dúctil y con un ratio de rotura por kilómetro de 0,21 por kilómetro.

La labor y su política de concienciación también han permitido que, durante las dos primeras décadas de este siglo, el consumo medio por habitante haya bajado "en casi un 25%". De cara a las siguientes décadas, la empresa espera "seguir progresando en la sostenibilidad". Para ello, se propone mejorar su huella de carbono mediante el perfeccionamiento de sus consumos energéticos y de su gestión de riesgos. Su alianza con la Universidade da Coruña, forjada en 2017, será clave, dice, para el proceso, que apoyará en los avances científicos relacionados con el agua de su Cátedra Emalcsa-UDC.