A través de las 509 páginas del Informe de Sugerencias y Reclamaciones municipal se puede hacer un repaso de lo que fue el año 2018 para los coruñeses. La reivindicación más repetida es la que tiene que ver con la limpieza en las calles. Es la queja más democrática, la que afecta a todas las calles por igual, desde el exterior del ascensor Capitán Troncoso hasta el paseo marítimo pasando por Monte Alto, As Conchiñas y el parque de Eirís. Los residentes en la zona exigen más limpieza, pero también más civismo por parte de sus vecinos y de las personas que tienen perros, para que recojan sus excrementos y dejen la acera tal y como la encontraron.

Exigen también más intensidad en el control de la ocupación de la vía pública de las terrazas, una queja que se hereda año tras año en los informes del servicio del 010. En febrero de 2018, este servicio recibió un incremento de nuevas quejas, lo hicieron para poner en conocimiento del Concello que la empresa concesionaria de la ORA les había avisado de que empezaría a cobrar un recargo de un 10% por el uso de su aplicación móvil.

En junio, los padres y madres del alumnado del colegio Sagrada Familia se quejaron masivamente por la reducción de las plazas de comedor para el curso 2018-2019, en cumplimiento del plan de autoprotección.

La falta de iluminación atenaza a los vecinos que, desde diferentes puntos de la ciudad, llamaron al 010 o escribieron un correo al Concello para quejarse, desde los campos de la Torre de Hércules a la fábrica de Tabacos. El suministro de agua también trajo de cabeza a los residentes de Os Mallos, uno de ellos, de la calle río Barbanza, incluso aseguró que salía "como chocolate". Los usuarios del centro cívico de la Ciudad Vieja se quejaron en diciembre en grupo de la ausencia de una máquina expendedora de café y otra de refrescos y agua y solicitaban que se instalasen para poder utilizarlas mientras iban a sus actividades.

En bloque denunciaron también durante el mes de noviembre los usuarios de la sala de juegos del Fórum Metropolitano porque no funcionaba la calefacción, que estuvo estropeada aproximadamente dos semanas. La Escuela de Música Municipal tenía, sin embargo, el problema inverso, en enero no se podía regular la temperatura de la calefacción y las clases se tenían que impartir con "las ventanas abiertas". No es la única queja que afecta a estas instalaciones, ya que, en febrero, uno de sus usuarios solicitaba que se cambiasen todas las cadenas de los baños, ya que, según este vecino, están tan altas que los niños no les llegan y no las pueden utilizar.

Si en 2017, el buzón de Sugerencias y Reclamaciones contó con varias quejas por las siegas aplazadas en el entorno de la Torre de Hércules, en 2018 ya no se repitieron aunque, como siempre, la poda de árboles, en diferentes puntos de la ciudad, fue protagonista, sobre todo, en Paseo de los Puentes, donde los vecinos se quejaron en varias ocasiones de los árboles y de sus ramas, demasiado cercanas a sus ventanas.

Como en ocasiones anteriores, la expansión del carril bici y el incremento de las estaciones de Bicicoruña „una de ellas en Santa Gema„ y las mejoras en la accesibilidad para las personas con movilidad reducida se cuelan en las reclamaciones para mejorar durante el año. Muchos vecinos solicitaron, como dijo ya la concejal del BNG en el Pleno Avia Veira esta semana, que se amplíe el tiempo que tienen los semáforos programado para poder cruzar, para facilitar la movilidad.

El ruido es un clásico de este tipo de informes, proceda de donde proceda, de los vecinos del edificio, de la calle, de los bares que no cierran a su hora, de los servicios de limpieza que pasan a primera hora de la mañana o por la noche, de los camiones que pasan por encima de una tapa de registro que no está bien asentada en la ronda de Nelle, o de un perro que no está recibiendo los cuidados que debería por parte de sus dueños.