La Universidade da Coruña (UDC) ha quedado este año tercera entre las universidades españolas en la clasificación de la GreenMetric World University, que evalúa la implicación medioambiental de instituciones de educación superior de todo el mundo. A nivel mundial, ocupa la posición 85 de 780, después de ascender, desde el año pasado, tres puestos a nivel español y ocho en la clasificación global.

El responsable de la oficina de Medio Ambiente de la UDC, Manuel Soto, señala que no quiere ser "triunfalista", pues, de un total de 100 puntos a los que podía aspirar la universidad, la nota final es de 70, por lo que todavía hay margen de mejora. Sin embargo, señala un punto fuerte de la institución coruñesa: la creación en 2018 del campus de sostenibilidad.

Este programa, con voluntad "global", coordina a docentes e investigadores de ciencias como la Biología o la Química, pero también de Psicología, Sociología, Economía, Arquitectura o Ciencias de la Educación. Se estudian aspectos propiamente ecológicos y ambientales pero también cuestiones como la economía circular, la depuración de residuos o el paisajismo.

GreenMetric World University tiene en cuenta el esfuerzo por emplear energías renovables y reducir el consumo eléctrico. Si bien este año no se han aumentado las instalaciones propias para la producción de energía, sí "se ha mejorado en eficiencia" a través de la sustitución de las luminarias antiguas por otras bajo consumo, en un "proceso en progreso".

La lucha contra el desperdicio energético parte tanto de soluciones tecnológicas como naturales. En varios edificios hay paneles de control centralizado en cuanto a energía, y un proyecto para hacer lo propio con el consumo de aguas. En algunas instalaciones se han implementado sistemas inteligentes: paneles que miden la luz natural y apagan o gradúan la artificial si es suficiente con la que llega de fuera, o detectores de presencia que solo encienden las bombillas si hay alguien.

Pero también se ha integrado a la naturaleza, a través del empleo de plantas como la hiedra para reducir la incidencia solar en verano, y evitar así el consumo de aire acondicionado, mientras que la dejan pasar en invierno.

Finalmente, otro de los puntos evaluados por el ranking es el porcentaje de campus cubierto por la vegetación, que, en palabras de Soto, está "bien, aunque se puede mejorar". Hay un área forestal, el Monte da Fraga, de unas cuatro hectáreas, que se gestiona con criterios de "conservación de la biodiversidad y educación ambiental" y que se emplea para actividades docentes. Ese es el "pulmón verde" de la UDC, que también organiza, coordinándose con ONG, actividades de voluntariado ambiental.

Como contrapartida, Soto señala que la parte dedicada al aparcamiento en el campus coruñés es "muy elevada", por herencia de una concepción "de los 90 e inicios de los 2000" que lo diseñó para acceder en vehículo. Este "error" se está intentando reducir: por ejemplo, el Área Científica se construyó sobre un parking.