La infancia es una de las etapas que más huella dejan, sobre todo aquellos veranos que huelen a sol y saben a sal en los que, de niño, la única preocupación es jugar hasta que no hay más luz. Esas jornadas idílicas las pasaron en A Coruña los jugadores del Deportivo Liceo Bruno y Roberto di Benedetto, que pese a que crecieron en Francia, cada año venían „junto a sus otros hermanos, Carlo y Ornella„ a la casa de sus abuelos Fina y Domingo en Monte Alto. "Se pasaban la mañana haciendo deporte y la tarde en la playa de As Lapas donde sobre todo Bruno cogía cangrejos y me los traía a casa", recuerda su abuela. Esto hasta que el hockey se los robó cuando ellos cumplieron los 17. "Empezaron a ir con la selección y ya no tenían tiempo para venir", continúa. Ahora se los devuelve: "Ya tuvimos aquí a Carlo tres años y ahora lo echamos mucho de menos. Y encantados de tener de vuelta a Bruno y Roberto". Orgullosos, no se pierden ninguna de las citas en el Palacio de los Deportes de Riazor.

El apoyo de la familia tiene parte de culpa de que los tres hermanos se decidieran por A Coruña a la hora de abandonar su casa. Por unos meses no coincidieron en la ciudad. "Yo siempre quise marcharme de casa para mejorar", reconoce Bruno. "Yo no lo tenía tan claro, quería esperar a terminar los estudios, aunque ahora no me arrepiento de nada", responde Roberto. Se parecen poco. "Los Grau „sus compañeros Carles y Marc„ sí que son más iguales', responden. Nacidos en Francia y con raíces españolas por parte de su madre Mercedes, coruñesa, e italianas por las de su padre Gianni, cada uno heredó un carácter. "La elegancia francesa, la forma de hablar italiana y la cocina española", resume Bruno. Y cada uno tira para un bando. "Bruno es de Italia, Carlo de Francia y Roberto de España". La ONU en una casa.

Hoy ambos vuelven a Francia para medirse mañana al que fue su gran rival cuando jugaban en su país. "Todas las finales nos tocaban contra ellos", dicen y avisan de las dificultades de la pista: "Es que es imposible patinar. El material del que está hecha hace que se agarren mucho las ruedas, se paran". El partido es fundamental para las aspiraciones del Liceo de clasificarse para la siguiente ronda de la Liga Europea. Y después, Reus (martes) y Barcelona (domingo). "Ganamos los tres y contentos para la Navidad", bromea Roberto. Su abuela pone cara de "ya veremos". Pero seguro que es la primera que está animando aunque esta vez no sea desde la grada. "¿Cuándo es el próximo?", pregunta. 4 de enero. Anotado en la agenda.