Hércules de Armamento se agarra a su permanencia en la fábrica de armas y pospone de forma indefinida el desalojo forzoso tramitado por el Ministerio de Defensa. Después de negarse a aceptar desde el pasado mes de octubre la orden de abandono emitida por una juez de lo Contencioso de A Coruña, la concesionaria de la planta de Pedralonga envió el lunes pasado a un abogado a recoger en el juzgado esa misma orden, con la que se abre un periodo de diez días hábiles para presentar alegaciones. Ese plazo finalizará este viernes. La previsible interposición de un recurso, dado que Hércules ha alegado sin éxito las anteriores órdenes de desalojo remitidas por Defensa, alargará su estancia en la fábrica y pospondrá, por tanto, la liberación de los terrenos y la materialización de la nueva concesión a la Universidade da Coruña para poner en marcha el proyecto Ciudad de las TIC.

Con la decisión de la empresa de haber demorado la recepción de la orden de desalojo, el fin del plazo para alegar contra ella coincidirá probablemente con el anuncio que hará la Xunta respecto a la ubicación del nuevo hospital de A Coruña, que, según avanzó el presidente gallego a comienzo de este año, podría tener algunas instalaciones en los terrenos donde se asienta la fábrica de armas. Alberto Núñez Feijóo comentó la semana pasada que antes de que termine 2019 se daría a conocer si el hospital se amplía en su ubicación actual o cambia de localización.

Este nuevo capítulo sobre la planta industrial de Pedralonga pone en evidencia los tiempos anunciados a lo largo de este año para desalojar del lugar a una concesionaria cuya gestión desde 2014 ha anulado prácticamente la actividad y generado deudas con Defensa, Hacienda y los trabajadores. Hace poco más de un año el Consejo de Estado avaló en un informe la revocación de la concesión a Hércules, proceso iniciado poco después pero todavía sin culminar por la presencia de la empresa en las instalaciones.

Hércules no se marchó ni en mayo de forma voluntaria ni en agosto a la fuerza, incluso dejó hasta el último momento la presentación de alegaciones, que no fueron estimadas. Defensa apuró el proceso para ejecutar el desalojo en los meses siguientes, pero, según fuentes próximas a las tramitaciones, la Delegación de Defensa requirió mayores garantías jurídicas para que el procedimiento no se torciese. Ello motivó malestar en el propio Ministerio con las decisiones tomadas en A Coruña, ya que a la larga han retrasado indefinidamente la salida de la empresa. Este paso tardaría aún más en producirse si el juzgado aceptase su nuevo recurso.

La permanencia de Hércules de Armamento en Pedralonga preocupa ahora, mucho más que hace tres meses, a la Universidade da Coruña y al sector tecnológico con el que la institución académica va a poner en funcionamiento el polo innovador en los terrenos de la fábrica de armas. El reelegido rector, Julio Abalde, ha pactado con Defensa los términos de la nueva concesión, pendiente solo del desalojo de la empresa, al tiempo que ha articulado en los últimos meses con firmas tecnológicas de A Coruña y de la comarca la implantación de la Ciudad de las TIC.

Este proyecto, que implicaría a antiguos trabajadores de la fábrica, tiene el compromiso del Gobierno estatal de seguir adelante para convertirse en una realidad, como resaltó Inés Rey cuando era aspirante a la Alcaldía el pasado mes de mayo tras una visita a la ciudad del presidente Pedro Sánchez. A ese compromiso „denominado por Rey "contrato verbal"„ se remite el Concello para mantener la confianza en el proyecto. Los tiempos judiciales y los próximos anuncios institucionales continúan posponiéndolo.