En un ámbito en continua expansión y en el que el desempleo es casi inexistente como son las Tecnologías de la Información y la Comunicación, la relación con las empresas es parte fundamental del proceso. Por ella ha apostado la dirección del Citic hasta el punto de ceder un espacio en las instalaciones a los departamentos más innovadores de las compañías, colocado en un edificio anexo al centro que facilita la comunicación entre ambos mundos. "Parte de la investigación se deriva luego a proyectos innovadores", explica el director del centro, Manuel González Penedo.

De sus paredes han salido desarrollos para Navantia como el Astillero 4.0, proyectos de software para análisis bancario o consorcios con empresas para la puesta en marcha de puertos inteligentes. La estrecha colaboración con el sector empresarial no desvía a los integrantes del Citic de la base de funcionamiento del centro, la investigación, vertebrada en las áreas de inteligencia artificial, ciencia de datos, computación en la nube, sensórica y ciberseguridad, cada una de ellas compuesta de sus líneas específicas.

Es el único centro gallego reconocido como TIC, con unos datos que avalan el éxito de sus proyectos. También en excelencia son singulares: de los 13 equipos que componen el Citic, 11 poseen la categoría de excelencia competitiva y los dos restantes caminan hacia el objetivo con la denominación de potencial crecimiento.

Las aplicaciones de las líneas de investigación que desarrolla el centro se cuentan por centenares: medicina o computación cuántica, área en la que el centro es pionero. "Nuestros investigadores han apostado por esto, y ahora mismo son puntas de lanza en lo que se mueve en computación cuántica", explica el director del centro.Por lo pronto, se encuentran inmersos en un proyecto europeo en colaboración con el Centro de Supercomputación de Galicia, que trabaja para introducir esta rama de la computación en aplicaciones para el sector bancario."Se ha montado un consorcio,de los pocos que hay a nivel autonómico", señala González Penedo.

El único problema,si es que puede considerarse como tal, replica al de sus compañeros del CICA: atraer e incluso retener el talento que sale de las aulas coruñesas en los propios centros de investigación del campusse vuelve una tarea ardua debido a la alta inserción laboral de la rama. "Las empresas vienen a buscar a los alumnos cuando aún no han terminado la titulación. Supone un reto ofrecerles algo para que se queden.La única forma estable de investigar es la docencia, reivindicamos que exista una figura laboral con contrato de investigador", reclama el director del Citic.

Las compañías se mueven en el edificio anexo al centro. Spin-offs, filiales y empresas emergentes con departamentos de innovación comparten espacio en el edificio. En muchos casos, el vínculo con la Universidad viene constituido.Es el caso de David Trillo, consejero delegado de Avansig, una empresa tecnológica

que trabaja actualmente en el perfeccionamiento de drones autónomos para espacios interiores con aplicaciones en el campo de la seguridad.Los propios promotores de la compañía elaboraron sus tesis en el centro, para acabar asentándose más tarde en su infraestructura. "Nacimos en esta Universidad. Al tener la facultad cerca, vienen aquí alumnos con becas que luego pasan a nuestra plantilla", relata David Trillo.