El Concello acometerá las obras necesarias para evitar la entrada del agua del mar a la depuradora de Bens, pues estas filtraciones dificultan el proceso de descontaminación. La actuación, con un coste de 521.567 euros, está incluida en el acuerdo de los presupuestos de 2020 elaborados por el Gobierno local, del PSOE, y que apoyan Marea, BNG y Ciudadanos.

El proyecto se centra en la construcción de una compuerta en Riazor. Unos trabajos que se anunciaron en 2018, incluidos en la lista de inversiones del superávit del Gobierno de Marea, pero que no pudieron ejecutarse por incumplir el periodo de pago a proveedores. Ahora el Ejecutivo local lo añade a los presupuestos de 2020, con una partida de 471.567 euros, a los que se suman los 50.000 euros de ejercicios anteriores.

Una inspección de Augas de Galicia fue la que dio la voz de alarma al concluir que un 70% del caudal que trata la depuradora de EDAR de Bens „sociedad pública que depura las aguas residuales de A Coruña, Oleiros, Cambre, Culleredo y Arteixo„ no recibe la depuración exigida por ley debido a las filtraciones de agua de mar en las redes de saneamiento. Esta situación "condiciona" el funcionamiento de la depuradora, según el informe de Augas de Galicia, ya que no se puede completar el tratamiento biológico del agua. Es la segunda fase de un proceso que se inicia con el pretratamiento, cuando se deshacen de toallitas o pañales, arena u otros residuos sólidos pequeños; y líquidos o sólidos que no se mezclan con el agua. Después se desarrolla el tratamiento primario o decantación primaria para retirar las partículas más pequeñas o las que sobrevivieron a la fase anterior. A continuación, el tratamiento secundario, que es el que sale perjudicado por la entrada del agua del mar.

Esta fase se ejecuta con un sistema de lodos activados, es decir, que las bacterias convierten los minerales en materia orgánica residual. El salitre, en cambio, altera las condiciones en las que dichas bacterias pueden realizar correctamente su trabajo. Esto también afecta a los procesos de desinfección, deshidratación y digestión. La compuerta que proyecta el Concello permitiría evitar estos problemas.

El exceso de filtración de agua del mar se une además a los vertidos industriales que hacen que se produzcan conductividades excesivas en las aguas, lo que impide el desarrollo de una comunidad de bacterias estable, afectando al fango y su sedimentación, además de generar aguas para verter con peor calidad después de ser tratadas. Un informe de Augas de Galicia del pasado agosto apunta que el estado de la depuradora es "aceptable" y su explotación es "buena" y cumple las directivas europeas, pero supera en ocasiones los valores máximos de vertido y además sufre de graves deficiencias que exigen numerosas reparaciones. Fuentes de la planta aseguraron en varias ocasiones que se hacen "obras de mejora con regularidad" para mitigar la filtración.