La San Silvestre ya es una cita ineludible en el calendario coruñés, y no solo en el deportivo, también en el lúdico. El día 31 de diciembre se vieron disfraces de todo tipo, pero también muchos Papás Noel, ya que la organización obsequió a los corredores con un traje rojo. El esfuerzo de los participantes hizo que muchos tuviesen que desprenderse de sus ropajes navideños, que decoraron todo el recorrido.