Entre las donaciones de comida y las recogidas de alimentos por Navidad, se cuela cada año en la agenda coruñesa una magia que piensa en los corazones. Su artífice es un club de ilusionistas solidarios, cuatro o cinco artistas „en función del almanaque„ que se ofrecen de forma altruista para cambiar sus trucos por ayuda sanitaria para los menores sin recursos. Los juegos de cartas, los aros que se entrelazan hasta el infinito y los pañuelos de colores no son solo entretenimiento en el Fórum Metropolitano. Lo que se recauda en sus tablas a base de asombro desemboca en la hucha de Viaje hacia la vida, el proyecto con el que la ONG Tierra de Hombres tiende una mano a los niños del continente africano que precisan de una operación para solventar sus dolencias cardiacas.

Desde que comenzó en España en 1994, la iniciativa ha logrado salvar a cerca de 800 menores, procedentes de Togo, Benin, Mauritania, Senegal, Marruecos y Guinea Conakry. El número lo aporta Raúl Besada, delegado de Tierra de Hombres en Galicia, en la que la cifra ha escalado hasta los 105 desde su inicio en 2013. Cada año, la institución traslada a estos pequeños a la comunidad, donde puede brindarles una intervención quirúrgica en hospitales de Vigo, Santiago y A Coruña. El año pasado, el Materno Infantil fue el que recibió a la mayoría, un total de 8 de los 11 que la ONG pudo ayudar, en parte, gracias a la gala Terra de Maxia.

El espectáculo es uno de los múltiples actos que la institución organiza para sostener su actividad y concienciar. Su presentador desde su debut, el mago Román García, asegura que es ya una cita ineludible para muchos de los coruñeses, que se ven impulsados por los coletazos de las fiestas para animarse a colaborar con la causa. Aprovechando la ola, cada primer fin de semana después de Reyes los ilusionistas se cuelan en el Fórum y despliegan su magia. Este 11 de enero, a las 18.00 horas, el festival se repetirá de la mano de Joshua Kenneth, Kiko Pastur y los magos Rufus y Rebo, que orquestarán una gala para toda la familia.

Cada uno, apunta García, "dejará su impronta" en el show con "estilos distintos", en los que se entretejerán la magia virtual, la música, la participación y la comedia. Enhebrando todas las modalidades estará el coruñés, que mediará con sus trucos los números de sus compañeros. El ilusionista se encuentra estos días apurando plazos para lograr estrenar números en la línea de las "grandes ilusiones". Si el tiempo no se lo impide, será en su ciudad donde presente sus trabajos, caracterizados por la expresividad y un "componente importante de sorpresa".

"Estoy preparando un mimo que hace magia con máscaras y colores, un animal que es capaz de adivinar cartas y un efecto muy clásico que hacía el mago Fu-Manchú y que no he vuelto a ver", cuenta García. El artista no renunciará tampoco a la magia de cerca, con la que se inició en el mundillo y que sigue encandilando a los espectadores. "Es la que más sorprende. En directo les impresiona mucho más que por televisión, porque ataca a lo imposible, y lo imposible es intrínseco a la magia", explica.

Para el mago, el actual es un momento brillante para el ilusionismo, que ha ganado en adeptos con las nuevas tecnologías. "Antes era complicado acceder al gremio, pero Internet lo ha hecho más fácil", asegura. La prueba la tuvo en la primera edición de Terra de Maxia, en la que la respuesta del público le "desbordó", con "más personas fuera de las que pudieron entrar". Por la acogida, pero sobre todo por la causa, el coruñés se declara "encantado" de participar en la gala, que recaudará seis euros por butaca.

El espectáculo es un modo de lograr fondos, pero también de armar la otra pata de la iniciativa: las familias. El show supone un llamamiento para que acojan a los menores durante su estancia en A Coruña, y para evitar que se conviertan, dice Besada, en "esas catástrofes en las que la gente se vuelca y después se olvida".