La ONG Ecodesarrollo de Gaia trabaja por la integración de los inmigrantes de la sociedad. Un examen que tiene que afrontar a diario pero en el que, durante 2019, ha conseguido un sobresaliente. El presidente de la entidad, Guillermo Fernández Obanza, reconoce que "el flujo de gente ha sido continuo" pero la sede siempre ha tenido hueco disponible para atenderla.

Lo demuestran las cifras: un centenar de alumnos en las clases de lengua y cultura y otros 50 participaron en las actividades de apoyo escolar para jóvenes de Primaria, Secundaria y Bachillerato. "La mayoría son de origen subsahariano y magrebí, aunque en el caso de los niños hay muchos latinoamericanos y africanos", detalla.

Su esfuerzo por integrar a la población inmigrante traspasa fronteras, de ahí que muchas familias decidan asentarse en A Coruña. "Hemos notado durante este año que mucha gente que lleva ya aquí ocho años ha conseguido traer a sus mujeres e hijos", explica, a la vez que reconoce la labor de la ONG con los más pequeños, a los que acoge en su escuela.

Esta situación ha llevado a la entidad a organizar actividades de ayuda y apoyo alimentario a madres monomarentales con hijos a su cargo, así como a familias y alumnos con dificultades económicas. Se beneficiaron de esta ayuda una media de 30 personas a la semana. Las clases de español fueron otro de los puntos fuertes del 2019. "Es fundamental que lo aprendan porque no son personas que tienen problemas de carácter social. Además, muchos de los inmigrantes, sobre todo senegaleses, viven de la venta ambulante", apunta.

Ecodesarrollo Gaia cuenta también con un servicio de orientación administrativa y una campaña de recogida de material escolar, que continúa activa actualmente.

A Coruña no es su único objetivo. Senegal también está en el mapa de esta ONG, en particular, la localidad de Yoff-Tonghor, donde tiene una escuela con 65 alumnos de educación preescolar y 68 estudiantes en sus tres aulas de Aprender la vida, con formación para el día a día. "Es una maravilla y, además, la escuela se conserva perfectamente, algo que es bastante difícil en Senegal", asegura el presidente de la entidad, que hace 17 años se asentó en el país africano con la única meta de ayudar. "Hay casi 70 adolescentes que no saben ni leer ni escribir que buscan una nueva oportunidad", analiza.

A lo largo de 2019, 25 alumnos atendieron clases de español, otros 25 participaron en aulas de teatro, 65 mujeres fueron a talleres de defensa personal y un centenar asistieron a actividades de formación de mujeres. También hay un aula de formación sanitaria, a la que acudieron 25 personas.

Otro de los logros del año pasado fue la construcción de una biblioteca en la Escuela Coruña, que funcionará como dispensario de libros y centro de apoyo para el alumnado infantil. "También damos cursos a jóvenes buceadores porque muchos se mueren al no saber utilizar las botellas de oxígeno", alerta Fernández Obanza, al que le apasionan los proyectos sanitarios. Ecodesarrollo Gaia llevó el año pasado a Senegal a voluntarios especialistas de urgencias, medicina de familia, pediatría, UCI, farmacia y enfermería que atendieron a más de 3.600 pacientes. Además, en colaboración con la ONG Solidariedade Galega y la Fundación Multiópticas, entregaron a los pacientes de Senegal mil gafas nuevas, mil de sol y 60 audífonos.

Y no todo es ayudar. También hay que concienciar. La ONG coruñesa cuenta con un curso de formación de jóvenes en cooperación internacional para "que sepan cuál es la realidad y qué es exactamente la integración". Además, se tratan temas como el cambio climático en África y las propuestas de la activista sueca Greta Thunberg.

Objetivos para 2020

En Ecodesarrollo Gaia tienen claro que sus proyectos de 2020 se centran en seguir creciendo. "Queremos mantener esto, una estructura de 14 personas que trabajan por la integración", resume Guillermo Fernández Obanza. Pero si tiene que hablar de un objetivo claro, el presidente de la entidad propone la recuperación de unas instalaciones en Senegal "para dar clases de pesca y sostenibilidad". "Ahora mismo las estamos usando para acoger a 650 alumnos de la escuela de Ndenat, que sufrió un derrumbamiento", explica. De todos modos, no cierra las puertas a nuevos proyectos y asegura que durante el año "surgen muchas cosas nuevas". Preparados para la matrícula de honor.