El barrio de O Castrillón tiene dos bolsas de suelo para construir pendientes desde hace décadas. El polígono Fariña Ferreño, detrás del instituto Monte das Moas hasta el parque de Eirís; y el polígono de Oza, entre el parque con el mismo nombre y la plaza de Pablo Iglesias. Buena parte de los terrenos pertenecían a Epaat, una de las promotoras que más construyeron durante la burbuja en la comarca pero que entró en concurso antes de que se hiciesen realidad estos desarrollos urbanísticos. Han salido a subasta. Y por tercera vez. Son tres lotes que suman 2,2 millones de euros. Sobre el papel, una de las dos zonas está más cerca de albergar edificios que la otra. El Concello informa de que en el caso de Fariña Ferreño se está ultimando el proyecto de urbanización. Oza, sin embargo, está judicializado.

La primera subasta se hizo a través del portal del Estado pero quedó desierta. También el segundo intento, después de que el Administrador concursal autorizase que una comercializadora privada (Gobid) intentase impulsar la venta. Tampoco tuvo éxito. En este tercer intento, el precio se ha reducido un 15% respecto a la puja anterior. Han sacado tres lotes, que suman 2,2 millones, y faltan otros dos. Hasta el 12 de febrero está abierto el plazo y la comercializadora señala que han recibido "varias manifestaciones de interés".

Según explica la empresa, se ha realizado un trabajo de "actualización" de la documentación de la mano de la Administración concursal y de las respectivas juntas de compensación (que agrupan a los propietarios con derechos para edificar en sendos desarrollos), que dan detalles sobre la titularidad de los terrenos y su estado de tramitación.

Sobre esta cuestión, el Concello explica a preguntas de este diario que el más adelantado de los dos es el polígono de Fariña Ferreño, que comenzó a gestionarse en 2008 pero que se quedó paralizado hasta 2016. El proceso administrativo está en su última fase. Los promotores habían presentado un proyecto de urbanización que fue rechazado durante el pasado mandato y cuyo diseño causó malestar entre los vecinos por falta de espacios libres y aislamiento con el entorno. El área de Urbanismo explica que le han pedido a sus promotores un plan de tráfico y movilidad al detectar "problemas de conexión del ámbito con el resto de la ciudad". Al polígono de Oza le quedan más pasos por delante. En 2018, el Concello anuló el proyecto de compensación. Según advirtió entonces el Gobierno local, los promotores no incluían el pago de las calles que tenían que abrir ellos pero que el Gobierno del PP decidió asumir por su demora.