La firma de construcción y reparación naval Talleres Cillero, de Viveiro, en Lugo, ha sido la encargada de revivir los Varaderos Lazareto, sin actividad desde hace diez meses por el vuelco de un buque. La empresa lucense estuvo dos meses reparando las instalaciones de la dársena de Oza y "hace ya quince días" empezó a varar, según informa el fundador y gerente de la compañía, Alberto Santos.

La empresa cuenta con sede en los puertos de Celeiro y Burela pero, apunta Santos, "necesitaba un varadero". También A Coruña buscaba un lugar en el que reparar buques, así que fue cuestión de contactos. "Armadores del puerto nos contactaron para que gestionásemos el varadero", cuenta el dueño de la compañía. La operación no fue sencilla ya que la concesión de Lazareto está vigente hasta 2027, así que Talleres Cillero gestiona las instalaciones de Oza a través de un acuerdo. "La concesión no se puede cambiar así que acordamos con la empresa que nosotros nos encargaríamos del trabajo", cuenta Santos.

Así fue cómo, hace dos meses, el taller lucense empezó este nuevo reto. "Reparamos las vías y empezamos a varar, ya han pasado dos barcos por aquí y uno todavía está en el varadero", detalla. La compañía pretende "dotar" las instalaciones "de una grúa torre y andamios eléctricos", avanza Santos.

El fundador de Talleres Cillero señala que el puerto coruñés necesitaba de este servicio, sobre todo al tener en cuenta que "hace diez años contaba con cuatro varaderos en la ría de O Burgo y uno en el puente de A Pasaxe". Alberto Santos admite, no obstante, que se ha encontrado "con dificultades" para revivir este varadero. "Estaba muy deteriorado", asegura. El accidente que llevó a su cierre se produjo en marzo del año pasado, cuando el pesquero francés Lumian cayó del carro por el que se efectuaba la operación de regreso al mar. El buque permaneció volcado sobre uno de sus costados en las instalaciones durante cinco meses.

El propietario de la empresa no se mostró dispuesto a asumir el coste de la recuperación del barco, por lo que fue el propio armador el que financió a través del seguro del buque los trabajos que se desarrollaron en el varadero. Además, otras embarcaciones que necesitaron de pintura o mantenimiento tuvieron que trasladarse a otras instalaciones. El puerto más cercano, como alternativa, era el de Ferrol.

Ahora el taller lucense tiene como objetivo "dar este servicio en el puerto de A Coruña". "A la Cofradía de Pescadores y Puertos les interesa", reconoce Alberto Santos, que ve en este trabajo una oportunidad "para ampliar los servicios" que hasta ahora la compañía ha dado en sus sedes de Celeiro y Burela. Talleres Cillero mantendrá estas actividades, pero las reforzará con las instalaciones de la dársena de Oza. "Lo que no teníamos era un varadero, y es lo que necesitábamos. Hasta tuvimos que retrasar una obra de un barco francés de un millón de euros por culpa de esto", cuenta.

El esfuerzo que pone la compañía, apunta, es clave en esta operación pues "el varadero está muy deteriorado en cuanto a seguridad e infraestructuras". "Nos encontramos que los equipos estaban muy gastados", añade.

Lo que tiene claro Santos es que "en A Coruña se harán las obras grandes" que se le encarguen a Talleres Cillero, que empleará a entre diez y doce personas en los trabajos de mantenimiento de los barcos.