El paso de la Cabalgata de Reyes por el centro hizo coincidir parte del recorrido con el del carril bici. A pesar de que tras la comitiva iban dos vehículos barredores y de que los servicios municipales limpiaron posteriormente la calzada, la imposibilidad de usar medios mecánicos en el carril bici hizo que el surco por donde discurre el agua de lluvia aún esté sembrado de caramelos en la actualidad.